sábado, 7 de marzo de 2015

CAPITULO 6

       Todos se quedaron en silencio, el rostro de mis compañeros era parecido al mío. En la mayoría abundaba la confusión, y creo que mas de alguno se preguntaba como alguien tan joven podía ser el gerente de aquel prestigioso lugar. Mientras caminaba, a reunirse con Anita, su cara era muy seria, con una mirada fija en el horizonte. Lo único que esperaba que no me haya visto. Quería salir rápidamente de ese lugar, me sentía muy incomodo. Siempre me pasa lo mismo cuando veo a alguien por el cual siento una leve atracción. 

-Jóvenes, para nuestra gran empresa es de mucho valor, la capacidad y aprendizaje de nuevas personas, por lo mismo hemos decidido ser parte de esta gran oportunidad. El Hotel, se caracteriza por dar un gran espacio a las nuevas mentes, mentes frescas que tengan ideas para el cambio, gente que pueda amoldarse al perfil que tiene este lugar- todos estaban callados escuchando, muchas de las chicas se quedaban mirándolo, era un joven muy guapo. Debería tener muchas admiradoras, mas aun en la forma que se expresaba, y su seriedad era algo que a mi me dejaba bastante confuso, era distinto a lo que yo pude percibir cuando me dejo en casa. Ahora estamos en otra situación, un tanto mas formal- En compañía de Anita, hemos decidido…-su mirada se conecto a la mía, fue inevitable no dejar de verlo, sentí vergüenza. Desvío la mirada hacia la ventana, Anita lo observo y el continuo- Cambio de planes. Creo sinceramente que una prueba no deja demostrar las habilidades y deseos de las personas, por lo mismo he decidido hacerles la siguiente pregunta: ¿Quién quiere estar en nuestra empresa? 

      El minuto que siguió esta pregunta fue demasiado bullicioso, yo solo lo miraba a el mientras todos mis compañeros hablaban de que era el mejor lugar para trabajar; otros decían que tener el curriculum con el nombre de este Hotel te abría las puertas para entrar a muchos lugares. Una parte de mi decía: ¡Levanta esa mano, te esta ofreciendo a ti esta oportunidad, no la tendrás nunca mas! Sin embargo otra voz en mi cabeza decía: no lo hagas, es inalcanzable. De pronto observe que el me miro una vez mas y pregunto: 

-¿Quién quiere estar en nuestra empresa?- sin mirar mi rostro observo a los demás. 
-Yo- Isabella levanto la mano. Ella era un de las populares en mi clase. Su buena figura y su cara angelical hacia que todo el mundo la amara. Pero había algo que me impedía confiar en ella. 
- ¿Cual es su nombre?- pregunto Valentín. 
- Me llamo Isabella y me gustaría trabajar con ustedes- respondió ella. 
- Muy bien, acérquese- ella camino hacia Valentín, mientras lo hacia varios compañeros le silbaron, ya que muchos de ellos estaban enamorados de ella. Lo Saludo con beso en la mejilla y se paro al lado de él. Debo admitir que sentí celos, yo era quien debería estar al lado del Gerente, pero una vez mas mis inseguridades me dejaron de lado. 
Valentín converso con Anita, la cual afirmo muy contenta, luego intercambio palabras con el profesor encargado del curso y nos hablo nuevamente. 

- Estimados Jóvenes, he decidido y con la afirmación de su profesor, que dejare a otro estudiante aquí, Así que repito la pregunta anterior ¿Quién quiere estar en nuestra empresa?- Es Ahora o nunca. 
- Yo-  fueron unos minutos mas incómodos de toda mi vida, Todos me miraban en aquel lugar, más de veinte rostros observándome en ese momento. Para que puedan entender, mi reacción interna era parecida a cuando te cantan la canción del cumpleaños feliz, Ese momento en que todos están pendientes de ti, pero multiplicado por unas cien personas- Daslav es mi nombre. 
- Daslav, puedes acercarte- Su sonrisa era gigantesca, me sentí bien, nervioso pero bien. 
- Muchas gracias a todos, espero que en un futuro cercano puedan tener las opciones de ingresar a nuestra empresa, los recibiremos con las puertas abiertas. 

Todos se retiraron, quedamos los cuatro y Anita nos invito a que fuéramos a su oficina, para poder ver el lugar al cual llegaríamos al día siguiente. No pude hablar mas con Valentín, quería preguntarle muchas cosas, pero conociéndome no haría más que saludarlo. En el área de trabajo, Anita solo tenía un escritorio extra, ¿Tendría que compartirlo con Isabella? ¿Cómo lo haríamos? 

-Chicos, mañana veremos bien como lo hacemos, deben estar cansados, pueden retirarse- nos dijo Anita. 
- Hasta mañana Anita- Dijo Isabella con un tono bastante patero, y se despidió de ella y el joven que se encontraba en el escritorio del fondo. 
-Ahh, por cierto el es Diego, trabaja conmigo. 
- Hasta mañana- les dije a ambos- 

      Camine en silencio por el pasillo hasta la salida del Hotel, ni una palabra salió de la boca de Isabella. Ella Lo único que hacia era sonreír a las personas que veía en el lugar. Llegamos a la entrada principal y gentilmente le digo hasta mañana. Su sonrisa se fue de inmediato mostrando una cara muy seria y enojada. 

- Daslav, no hemos hablado mucho, pero esto yo no lo tomo a la ligera. El puesto será mío, ¿Entendiste?- Sus ojos estaban muy abiertos, su rostro daba miedo.  
Isabella que te pasa, acá los dos tenemos las mismas opciones de trabajar- respondí con mucho nerviosismo. 
- ¡No! – fue como un chillido- Esta es mi gran oportunidad, así que espero que me la hagas fácil y te retires lo antes posible. 
- ¿Es una amenaza?- pregunte enojado, pero con mucho nervio, las piernas me tiritaban. 
- Tómalo como quieras, pero ¡Seré yo quien trabaje aquí!- se dio media vuelta y camino hacia el taxi que se encontraba mas cercano. 

      Me quede boquiabierta, impresionado con la actitud, de una chiquilla que lo ha tenido todo en la vida, de una mimada, pude ver el lado mas terrible de una niña malcriada. Me asuste, mi corazón latía muy rápido. Pero había algo en mi que me impedía dejar ganar, iba a pelear por este puesto. 

       Camine, hasta el paradero mas próximo, debía tomar el autobús para llegar a casa. Saque mis audífonos, puse play a mi reproductor mientras esperaba. De pronto, un auto negro se detiene frente a mi, veo que el vidrio baja y para mi sorpresa Valentín esta en el interior. 
- ¿Te llevo?- preguntó 
- No, muchas gracias- Estaba mas confundido, miles de preguntas estaban en mi cabeza, pero no quería irme con el. Necesitaba tiempo para asimilar todo lo que estaba pasando. 
- Ven, vivimos cerca, así que te paso a dejar a tu casa, ya se donde vives- Me miro y su sonrisa era algo que me dejaba embobado- no te aceptaré un no por respuesta. 
Ok, esta bien- Me saque los audífonos, y me subí al auto de Valentín.

jueves, 12 de febrero de 2015

PUDO SER (Segunda Parte)

Queda una hora para que salgas de trabajar en aquel café donde te conocí, aquel lugar donde hace un año, inicio nuestro amor. Hace frío, creo que es el día mas helado de este invierno, pero no impide que quiera verte, que quiera abrazarte y besarte. He esperado todo el día, no he llamado, ni menos enviado un mensaje en WhatsApp, sé que es típico pero quería hacer pasar este día por uno normal, quería que pensaras que se me había olvidado.

Voy conduciendo, la lluvia no ha parado en tres días y según el meteorólogo de la radio, no lo hará hasta el próximo martes, pero esto le da una atmosfera mucho más romántica a nuestra salida de aniversario.  Estoy a media hora de recogerte. Ni te imaginas la sorpresa que tengo, la mejor reservación en el restorán que tu tanto anhelas ir, ese donde hay que pedir un cupo con dos meses de anticipación, pero hoy por verte feliz soy capaz de llegar hasta la luna.

Es imposible no recordar todos aquellos momentos felices que hemos pasado en este año, como por ejemplo: cuando te compre aquel café y fue inevitable no quedarme viéndote, que de lo tonto que fui, derrame el café en el suelo y tuve que comprar otro. Desde ese día te iba a visitar y preguntaba como estabas, hasta que llegó un momento en el cual  te pregunte si querías salir conmigo, para mi alegría dijiste que sí.  Esa vez fuimos a bailar. Me acuerdo y me da risa, porque aquella fue mi primera vez de muchas experiencias. Fue la primera vez que baile con un hombre, la primera vez que estaba en ese lugar y la primera vez que besaba a otro hombre en frente de otra gente sin importar el que dirán porque todo estaban en la misma situación. Y aquel San Valentín, cuando fuimos por un helado y yo por tener mis manos y mis pies de mantequilla me caí manchándote toda tu polera favorita de chocolate y entramos igual a ver esa película que querías ver, toda la gente miraba tu ropa pero a ti no te importaba nada, estabas feliz.

 He llegado, tengo el auto estacionado frente al café y a través de la ventana puedo verte apagando las luces para ya salir. Siento que te conozco desde hace años, me encantas, te amo con todo mi corazón, por lo mismo hoy quiero hacer que este día sea súper especial y que pasemos nuestra vida juntos. Hoy te daré un anillo que simbolice nuestro compromiso.  Ya quiero ver tu cara. Me bajo del auto y saco el paraguas para ir a buscarte y de esta manera no te mojes. Mi corazón se acelera al verte salir, y caminar para cruzar la calle.

-¡Diego!- grito muy fuerte.

          Veo Tu rostro,  esa alegría que me da al verte. ¡Me hace feliz! Unos segundo más tarde tu cuerpo es chocado por un auto que no se detiene y se da a la fuga

            ¡Nooooo! ¡Maldito! Corro a tu cuerpo que esta tirado más allá, tienes sangre en tu ropa, estoy paralelizado.

-¡Diego despierta por favor! ¡Diegooooooooooo! – Grito  muy fuerte.

             Tu cuerpo no reacciona, ¡Maldito auto que te ha chocado!

             Una señora llama a la ambulancia. Logro escuchar que viene enseguida. No puedo creer que estés así, no puedo creer que esto haya pasado. Estoy llorando, estoy  impactado, las palabras no las puedo sacar, solo quiero que despiertes, solo quiero ver tus ojos, no quiero que me dejes no quiero quedarme solo. ¡DIEGO POR FAVOR DESPIERTA! Mi mente está llena de tanto pensamiento que no se decide que hacer. A lo lejos escucho la sirena de la ambulancia. Ya llegaron, sé que ellos harán algo por ti, me niego perderte, más aun por un tipo que se acaba de arrancar de este escenario en su auto.

            Los paramédicos están intentando hacer lo posible para ayudarte, te suben a la camilla para poder llevarte al hospital urgente. Uno de ellos me mira y me pregunta que es lo que soy:
-Soy su novio- respondo aguantando todas las lágrimas.

- Tenemos que trasladarlo ahora ya, está muy mal, suba usted también a la ambulancia-

            Todo esta tan confuso, quesera encontrar a ese desgraciado que se acaba de dar a la fuga para poder golpearlo, dejarlo del mismo modo en el cual te ha dejado Diego. Mientras te suben a la ambulancia, veo a  mi alrededor a los demás que están impactados con todo esto. A lo lejos diviso un joven que esta empapado por la lluvia, esta inmóvil mirándonos desde la pequeña plaza.

           Los minutos pasan lento, no llegamos nunca al hospital. Los paramédicos tratan de estabilizarte, pero sus caras no muestran que estos procedimientos sean satisfactorios. Mi cuerpo está temblando, quiero llorar pero no puedo, quiero hablar pero no puedo. Solo quiero despertar, quiero que esto acabe, quiero que esta pesadilla se termine, quiero volver a aquel momento en el cual te vi salir del café, donde yo te iba a abrazar y besar, quiero ir a cenar, quiero entregarte el anillo quiero estar contigo.

         Al salir de la ambulancia, ya están esperando por ti, veo que los paramédicos hablan con otros que dicen que tu estado es grave, que necesitas entrar a pabellón para verificar como esta todo dentro, si hay algún órgano comprometido. Nadie me explica nada. Me gustaría ser yo quien estuviera ahí, no tú. No me gusta verte así, no quiero que te pase nada malo. Dios por favor, ¡AYUDAME! , ¡AYUDALO!, ¡SALVALO!

         Me dicen que no puedo seguir contigo, no puedo acompañarte, me van a informar de lo todo en un momento más. La sala de espera esta vacía, solo estoy yo. Me siento en la última silla que esta al final junto a la ventana. Estoy cansado, quiero cerrar los ojos y dormir. Pero no puedo, no debo. Tengo que estar pendiente de todo  lo que suceda, de lo que me dirán. Las lágrimas por fin salen de mis ojos, corren por mis mejillas.

         Ha pasado más de una hora desde que entraron, ya son casi las once de la noche. Necesito llamar a la mamá de Diego, debe saber que su hijo está mal. ¡Maldición!, he dejado el teléfono en el auto, no tengo como llamar a alguien para que venga. Ahora si me siento aún más solo. No puedo ir a mi auto, no puedo dejar solo a Diego. ¡POR QUE NADIE ME DICE ALGO AQUÍ! ¡DONDE ESTÁN TODOS!

         Dos horas y nada, mis piernas me duelen, los nervios se apoderan más de mi cuerpo, pero debo ser fuerte, debo ser fuerte por Diego que está luchando minuto a minuto por salir de esto. ¿Cómo no voy a aguantar yo?

       Tres horas ya y aun nada. Decido pedirle el teléfono a la  enfermera que se encuentra en la estación para poder así llamar a la madre de Diego:

-Hola, Sra. María.
-¡Felipe! ¿Cómo estás?
- Sra. María, Diego… - no tengo que llorar, no muestres debilidad Felipe. ¡Se fuerte!
- ¿Dónde está Diego? ¿Qué pasa? Te noto extraño, me estas asustando.
- Estoy en el hospital, hubo un accidente. Necesito que venga rápido por favor.
- ¡Que! ¿Pero cómo? Mi Dieguito- acaba de empezar a llorar, sabía que esto iba a pasar.
- Sra. María, venga rápido por favor- con un nudo en la garganta, intentando no llorar.
- ¡Voy!

           La Sra. María me había aceptado desde el primer día en que me vio. Ella dijo, “Gracias por hacer feliz a mi hijo”. Desde ese momento me quiso como uno más de la familia. Con ella sentía el apoyo que mi familia no me estragaba. Me encantaba tomar once con ella, siempre me daba cosas ricas. Su esposo y padre de Diego había fallecido hace un par de años. Siempre fueron los dos este tiempo y conmigo se sentían protegidos. ¡Diego por favor no nos dejes! ¡Señor, te pido que no te lo lleves aun”.

  La Sra. María, había llorado desde que llego al hospital, no podía dejarme ver vulnerable en este momento., debía ser fuerte.

-¡Ahí Viene el doctor!-dije con un grito
- ¿Cómo esta Diego?- preguntamos los dos al mismo tiempo
- Hemos logrado estabilizarlo, pero su estado es grave, debemos estar atentos a lo que pase esta noche. El choque lo golpeo muy fuerte por la velocidad que iba, el paciente tenía una hemorragia interna bastante severa, además se vio muy afectada la cadera. No son noticias alentadoras. Solo les pido paciencia.
-¿Puedo pasar a verlo?- pregunto ella entremedio de lágrimas.
-Aun no, les avisaremos, les pido que esperen.

                Ha sido la noche más larga de mi vida, la noche más terrible que he podido pasar, todos los momentos felices vuelven a mi mente, cuando corríamos, cuando jugábamos play, cuando cantábamos karaoke, las locuras. Nuestro aniversario pasó a segundo, tercer y hasta un cuarto plano. No quiero dejarte, no quiero que me dejes.
                Nos dieron permiso de entrar, estoy esperando que la Sra. María salga para poder verte. Estoy nervioso, tengo miedo.

                Por fin ha salido, es mi turno de entrar. El camino se hace eterno y lleno de pensamientos que no son buenos. Por fin te veo, estas vendado, conectado a algunas máquinas y al ventilador artificial, las lágrimas son imposibles de resistirlas, tomo asiento y delicadamente tomo tu mano:

-Diego, te amo, te amo con toda mi alma, hoy cumplimos un año, me niego a perderte en un año, ya te extraño. No sé si me escuchas, pero aquí estoy contigo, en las buenas y en las malas. En todo momento. ¡Diego por favor necesito que luches por mí!, ¡Por tu madre!, pero en especial ¡Por ti! Tienes todo un futuro por delante. Acuérdate que quieres estudiar fotografía. Acuérdate de que quieres conocer todos esos países, y hacer un álbum con todas tus aventuras tal como sale en la película “UP”. Acuérdate que tendríamos nuestra casa, con un jardín inmenso. Tienes que luchar por todos esos sueños. No quiero que me dejes solo ¡Te necesito! No imagino mi vida sin ti. Desde que te conocí, diste vuelta mi mundo, has roto cada uno de mis esquemas para bien, cada momento que hemos vivido lo llevo en mi mente. Quiero que vuelvas a reír, a llorar, a ser feliz. Pero necesito que despiertes. Necesito que pelees esta batalla hasta el final. No puedes rendirte de esta manera. Yo siempre te apoyare, en todo lo que decidas. Este día había comprado estos anillos para que simbolizaran nuestro amor, nuestro compromiso, nuestra lealtad.  Esta noche te iba a pedir que pasáramos toda nuestra vida juntos.

                La angustia de estar en aquel lugar, de no saber si vas a despertar, es algo que  mata por dentro, pensar que hace unas horas atrás estaba  todo era perfecto, pero de un momento a otro el destino cambia drásticamente. Estoy en la sala de espera, solo nos queda esperar, el cansancio se apodera de mi cuerpo, de a poco mis piernas y mi brazos se adormecen, mis parpados pesan y mis ojos se cierran lentamente, lo último que veo es el perfecto amanecer a través de la ventana, el sol cubre con sus rayos de sol la nieve blanca de la cordillera. Cierro los ojos y veo tu imagen, ve tu rostro. Diego, te amo.



                 

sábado, 31 de enero de 2015

CARTA PARA DAVID


Querido David

Ha pasado un mes desde que nos separamos, un mes en el cual  no sé nada de ti, un mes de extrañarte cada día.

Mi vida ha pasado lento, sin mucho que hacer a parte de lo cotidiano. Del trabajo a la casa, de la casa al trabajo. No he conocido a nadie, no he tenido tiempo…de hecho no he tenido las ganas de conocer a alguien por quien sentir algo parecido a lo que siento contigo. Es un sentimiento que no podré sacarlo de mi mente y corazón.

A veces me pregunto que hice mal. Tal vez no preste mucha atención a lo que nos estaba pasando.

Te extraño cada día más, te quiero y amo tal como ayer, tal como hace un mes atrás, tal como el primer día en que te vi. Tal como aquel día en que nos conocimos por accidente cuando recibí el pelotazo en el parque. ¿Recuerdas? Es una linda historia. Para pedirme disculpas me invitaste a comer un helado, desde ese día fuimos inseparables. Por una pelota, una historia linda se construyó. Por una pelota, mi amor hacia ti creció. 

Sinceramente, esta situación me duele. Cada día lloro. Sé que soy hombre, que no debemos llorar, pero a veces las situaciones a las que nos vemos expuestos son intensamente impactantes, situaciones que no se pueden superar de un día para otro. No se cómo explicarte lo que siento, no se explicarte que cada día que pasa te extraño y necesito más. Sé que debo superarte, sé que debo ser más fuerte, sé que no puedo dejarme vencer y seguir mi camino. Tal vez encuentre a otro, no igual a ti, pero me niego, me niego a no tenerte, a no besarte, a no abrazarte, me niego a que no estés conmigo

Ha pasado un mes, un mes de no tenerte, un mes de soledad en mi vida. De cierto modo fuiste egoísta conmigo, no pensaste en mí cuando decidiste irte, ¿Pensaste en que yo no iba a sufrir? ¿Pensaste en lo solo que me ibas a dejar? No, no pensaste en nadie. Lo peor de todo fue que yo te encontré en el baño, tirado en el piso con todos aquellos frascos de medicamentos alrededor. Me dijiste que no ibas a ir al trabajo porque te habían dado el día libre, y como tonto te creí.  Nunca me imaginé lo que me harías, dejarme solo en este mundo, tu mi compañero. La persona a quien más amo.

Era todo tan perfecto para nosotros, era todo tan feliz. Sé que pasamos momentos difíciles. Cuando no pudiste seguir con los estudios y congelaste. Tu meta, nuestra meta, era que pudieras continuarlos. O cuando me caí de la escalera cuando estábamos de vacaciones en el sur.  Te acuerdas que pase 20 días hospitalizado en un lugar donde no conocíamos a nadie. Son experiencias que no imagino haber pasado sin ti.

Ya no me queda nada, la tristeza es parte de mi vida, pero espero que todo eso cambie, que volvamos a estar un día juntos nuevamente. En ese momento nada ni nadie podrá separarnos.

Siempre tuyo
Santiago


EPILOGO

El cuerpo de Santiago fue encontrado sobre su cama el dia 25 de Enero del 2015 por su madre. Lo único que tenía en sus manos era la carta para David

jueves, 29 de enero de 2015

PUDO SER

La lluvia cae copiosamente, estoy sentado en el banco de la plaza. Toda la gente corre para  poder refugiarse. Yo los veo pasar, los veo correr, los veo salpicar el agua de los charcos a las otras personas, pero a nadie le importa, ya están todos mojados.

Mi mundo parece estar detenido, el de los demás avanza muy rápido, yo solo quiero verte. Quiero verte salir de aquel café, quiero hablarte, estoy decidido, te he visto salir de ahí muchas veces. Soy un poco psicópata, pero me gustas. No he hablado contigo, bueno el único contacto que he tenido son los cafés que te he pedido diariamente por seis meses. Solo sé que te llamas Diego.

Desde el primer momento en que te vi, no pude olvidar tu sonrisa, no he podido olvidar tus gestos y menos tú forma de hablar. Atiendes muy bien a la gente, y sobre todo a mí. Tengo varias escritos en mi casa acerca de ti y varias cartas para ti que nunca te entregare. Son seis meses de pensar en un nosotros en mi imaginación, son seis meses donde mis fantasías han sido inmensas a tu lado, seis meses de un mundo irreal pero feliz.

Tengo mis pantalones mojados, hace frío, pero eso ya pasa a un segundo plano, lo único que quiero es verte. Estoy decidido a hablarte, preguntar si quieres salir a caminar. Tal vez me rechaces, tal vez me pegues, ¿Qué es lo peor que puede resultar de esto? Que me digas un no rotundo.

Ya llevo dos horas esperando y está llegando el momento en que salgas. Todos se han ido solo quedas tú en el aquel lugar. Mis manos tiemblan fuertemente. Siempre he sido nervioso, pero en situaciones como esta, el nerviosísimo se intensifica. Ya no escucho las canciones de mi reproductor,  lo único que oigo en mi  mente es ¡Hazlo!

Acabas de cerrar la puerta del local. Mi corazón late muy fuerte, me he levantado de la banca.  Empiezas a caminar, cruzas la calle que está al lado y desde un lugar desconocido oigo que alguien grita tu nombre.

-¡Diego!-

En ese momento todo pasa muy rápido, tu cara de felicidad ilumina todo lo que está alrededor, dos segundos después un auto descontrolado choca tu cuerpo dejándolo tirado media cuadra más allá. Hay sangre por todos lados. He quedado paralizado. No puedo creer lo que mis ojos acaban de ver, intento caminar y no puedo, siento que me  desmayare, mis piernas tiemblan. La gente se acerca a tu cuerpo, todos gritan. El grita tu nombre . Tú no despiertas. A lo lejos escucho la ambulancia, de a poco el sonido de la sirena se hace más fuerte. Estoy paralizado, aun me rehúso a creer lo que acabo de presenciar. Los paramédicos se bajan y entre gritos puedo ver que levantan tu cuerpo, preguntan si el chico es un familiar,  y  lo que entiendo es que es tu novio. Te meten dentro de la ambulancia, el sube y muy rápidamente se van de aquel lugar. La gente se disipa comentado lo que ha pasado, una señora pasa por al lado mío y le oigo decir “era tan joven para morir”.


Ya todo se distorsiona, mis ojos no ven bien mi entorno, los sonidos son cada vez más lejanos, mis piernas ya no soportan mi peso. Por un momento siento que estoy flotando, cierro los ojos. Mi cuerpo cae en el suelo mojado.

martes, 16 de septiembre de 2014

CAPITULO 5

-Hola- respondió Anita. El hombre era guapo, era alto, usaba barba y vestía un traje negro, usaba corbata y a simple vista era un caballero bastante elegante. Su voz era ronca- ¿Necesitas algo?-  pregunto Anita en un tono frío. Él la observo detenidamente, y volvió a repetir - ¿Necesitas algo?-
- Solo quería saludarla. Usted trabaja en el Hotel Gran Palacio ¿Verdad?
- Si ¿Por qué lo pregunta?
- Disculpe, me presento mi nombre es Daniel, soy el jefe de la carrera Traducción de Ingles, en su lugar de trabajo aceptaran a uno de mis estudiantes- respondió aquel joven misterioso.
- Lo siento si fui descortés, no tenía idea. Usted se ve muy joven. Tome asiento- le señalo la silla que estaba al lado de ella- para conversar mejor.
- No se preocupe, solo quería decirle que necesito tener una reunión con su jefe, Vicente, para detallar algunas cosas.
- Esta bien, yo le agendaré una cita con el para estos días- ella estaba ya muy roja por como había tratado a este joven. Daniel se puso nervioso ya que en ese momento Diego llegaba desde el baño.
- Le dejo mi tarjeta, para que me pueda avisar, muchas gracias- Le extendió la mano y se retiro de aquel lugar

            Al llegar a su departamento, Anita se encontraba muy cansada, su gata la miro con una cara bastante enojada, ya que la tuvo abandonada por todo el día. Se sentó en el sofá y saco la tarjeta que le dio Daniel, no la vio antes por que la guardo de inmediato. Anoto el teléfono en su celular ya que las tarjetas no iban con ella, siempre las extraviaba.

            Eran alrededor de las diez de la noche, Anita se había dado una ducha y se encontraba revisando unos correos, cuando recibo un mensaje por Whatsapp de Diego, donde decía que llegaría un poco mas tarde a la oficina ya que tenía que llevar a sus sobrinos al colegio. Mientras revisaba vio que Daniel, el profesor, apareció en la lista de sus contactos y estaba en línea. Sin pensarlo dos veces le envío un mensaje:

Anita
Hola Daniel, soy Anita. Trabajo en el Hotel, por aquí le avisare de la reunión. Saludos

            Era una noche relajante, de fondo la radio era lo único que se podía escuchar. Su gata estaba durmiendo a sus pies. Se estaba quedando dormida cuando de pronto el sonido de celular la despertó.

Daniel
Estimada Anita, Espero se encuentre muy bien. Estaré esperando el mensaje de la reunión.

Anita
Yo estoy muy bien, gracias por preguntar.

Daniel
Que bien, Me imagino que debe estar cansada.

Anita
Han sido días bastante agotadores, mucho trabajo. Se aproxima un fin de semana largo, y el Hotel esta copado.

Daniel
Que mal, pero como dicen por ahí: Todo sea por el VIL DINERO jajaja

Anita
Jajajajajaj Claro, pero lo bueno que quedan tan solo quedan dos días para el fin de semana.

Daniel
Exacto, ¿Saldrá?

Anita
Tengo planeado no hacer nada.

Daniel
Es lo mejor, mas si esta cansada.

Anita
Si, desde el día lunes que lo espero.

Daniel
Yo también necesito descansar, es estresante trabajar con alumnos.

Anita
No me lo digas que tendré que trabajar con uno de ellos jajaja

Daniel
Si son simpáticos, pero con caracteres muy difíciles

Anita
Veo que si necesitas una distracción

Daniel
Deberíamos distraernos juntos.
Anita
No es mala idea

Daniel
Deberíamos salir mañana, ¿Qué le parece Srta. Anita?

Anita
¿Mañana?

Daniel
Si, o ¿Tiene algún otro plan?

Anita
No, para nada.

Daniel
Mañana la paso a buscar después del trabajo, ¿Le parece?

Anita
Ok. Mañana salgo a las 18.00 lo espero.

Daniel
Ahora a dormir. Que descanse.

Anita
Igualmente.


            Aquella noche durmió plácidamente. Imaginando que pasaría en aquella cita que tendría con Daniel.

lunes, 7 de julio de 2014

CAPITULO 4

(Semanas antes)

           El reloj sonó como todos los días a las 06:30 de la mañana. La radio estaba programada para funcionar a esa misma hora. Poco a poco se escuchaba el sonido de los autos en el exterior. Vivía en un gran departamento con su gata, una animal bastante amargada, pero era a compañía necesaria para su ajetreada vida. Un nuevo día estaba por empezar. El desayuno era algo importante para empezar, pero como la mayoría de las personas, lo pasaba por alto, su tiempo era limitado.

             Tenia que viajar alrededor de una hora para llegar al Hotel Gran Palacio, lugar donde trabajaba como encargada de turismo. Anita, a sus 26 años, ya se destacaba por ser una parte importante de la empresa. Era reconocida por su dedicación en su labor, además de que siempre atendía con una gran sonrisa a las personas. Pasaba la mayor parte del tiempo en reuniones, captando nuevos contactos. Su principal función era coordinar actividades turísticas para los huéspedes de hotel.

             Faltaban 10 minutos para las ocho de la mañana, su compañero, Diego, ya estaba en la oficina tomando un café. Anita amaba el olor que desprendía aquel lugar. Diego se veía cansado, le explico que se quedo casi toda la noche estudiando para un examen de la universidad, por eso estaba bebiendo una dosis triple de café.

            La agenda de Anita para ese día constaba de dos reuniones importantes: la primera era con el gerente del Hotel, don Valentín Henríquez. No tenía idea por que la habían citado, rara vez ese hombre habla con los empleados. La segunda reunión, estaba programada para después del almuerzo, esta era con el encargado de ventas del centro de Ski Blanca Montaña, estaba a punto de conseguir un gran convenio.

            Anita, llevaba una vida bastante ajetreada, se la pasaba trabajando, creando recorridos turísticos para no caer en la monotonía, su gran problema, era que su vida personal había pasado al ultimo plano. De todo el tiempo que ella ha trabajado en el Hotel, nadie la había visto con un novio. Algunos empleados se preguntaban como una persona tan linda como ella podía estar sola. La razón de todo esto era que un hombre había roto su corazón. Hace cinco años atrás, Anita se había enamorado de un hombre, el cual la engaño, se casó y nunca le dio una respuesta de por que hizo eso. Le costo mucho tiempo reponerse, y desde ese momento no quiso sentir nada mas por un hombre. Se refugio en el trabajo, eso era algo que hacia muy bien.

            La reunión con el Señor Valentín se atraso para después de la junta con el encargado de ventas de centro de Ski, de ese modo tuvo un rato libre por lo que decidió adelantar la hora de almuerzo con Diego.

-¿Qué harás después de salir de trabajo Anita?- preguntó Diego
- Planeo ir a ordenar mi departamento, el fin de semana viene mi madre y no quiero que lo vea feo. ¿Por qué?
- Quería que fuéramos a tomar un café, necesito despejarme de este trabajo, me tiene colapsado- dijo Diego
- Me tentaste con lo del café, ¡Vamos!

            El almuerzo es momento agradable, además de comer todo en que puedas, es el perfecto para distraerse, ese día se sirvieron ensaladas con carne y de postre un trozo de pastel de chocolate.

            Después de una hora de conversación con Don Maximiliano, encargado de ventas del centro de Ski Blanca Montaña, llegaron a un buen convenio. Correspondía a una tarde en el Spa de aguas termales o clases para esquiar y una cena a la luz de las estrellas. Negociar con este lugar era algo que no muchos podían hacer, pero la reputación Anita no pasaba desapercibida.

            El salón de reuniones era gigante, esta tenía una mesa con veinte sillas a su alrededor, además constaba con varios estantes y cuadros antiguos, era un gran placer estar ahí por la tranquilidad que daba. Valentín llegó cinco minutos tarde según lo acorado.

- Buenas Tardes Anita, lo siento por la demora. Hay una gran congestión vehícular- Valentín se disculpo con un tono amable.
- No se preocupe, entiendo- respondió ella.
- Me imagino que se debe estar preguntando el motivo de esta reunión- Su tono era algo serio, pero no amargado - Me ofrecieron desde la universidad San Agustín la opción de entrenar a uno de los Alumnos de la carrera Traducción de Ingles. Para mi fue una excelente idea. Y necesito que trabaje con usted. Quiero que esta persona aprenda todo. Necesito que esto este de la mano con su trabajo y de este modo se pueda complementar- Anita quedo impresionada.
- Me parece una buena idea- me será de gran apoyo, no solo para mi, si no que para Diego. ¿Cómo será el proceso de selección?-preguntó.
- Hay que hacerles una entrevista, ellos vendrán en dos semanas, ese mismo día yo personalmente decidiré quien estará realizando esta práctica para poder contratarlo a futuro si todo resulta bien. Le informo con estas semanas de anticipación para que pueda organizar la recepción de los alumnos.
- No hay problema, yo me encargo de eso.

            La jornada laboral término como la mayoría de las veces alrededor de las 18:30. Diego se adelanto para fumar un cigarrillo, cuando Anita salió, él ya estaba esperándola. Fueron a una cafetería cerca del Hotel, era reconocida por preparar deliciosos capuchinos. Se sentaron al fondo, para tener una vista amplia del lugar y ver quien entraba. Diego era muy divertido, siempre salía con alguna anécdota y era difícil callarlo, pero eso le gustaba a Anita, escucharlo.

            Ya había pasado alrededor de una hora y media en aquel lugar, Diego se acerca al oído de Anita y le dice
- Mira disimuladamente, al lado de la ventana hay un hombre solo de terno y corbata. ¡Toda la tarde te ha estado mirando!-
- ¡Diego!, que eres chistoso- Anita se puso a reír de los nervios.
- Es verdad, lo he visto varias veces, y no ha dejado de hacerlo. Oye, necesito ir a baño- Diego se levanta de su asiento- Regreso en un momento.

            Ella se quedo mirando su celular por si algún correo nuevo había llegado, cuando de pronto una voz ronca dice:


- Hola- Era el hombre que la había estado observando.