martes, 16 de septiembre de 2014

CAPITULO 5

-Hola- respondió Anita. El hombre era guapo, era alto, usaba barba y vestía un traje negro, usaba corbata y a simple vista era un caballero bastante elegante. Su voz era ronca- ¿Necesitas algo?-  pregunto Anita en un tono frío. Él la observo detenidamente, y volvió a repetir - ¿Necesitas algo?-
- Solo quería saludarla. Usted trabaja en el Hotel Gran Palacio ¿Verdad?
- Si ¿Por qué lo pregunta?
- Disculpe, me presento mi nombre es Daniel, soy el jefe de la carrera Traducción de Ingles, en su lugar de trabajo aceptaran a uno de mis estudiantes- respondió aquel joven misterioso.
- Lo siento si fui descortés, no tenía idea. Usted se ve muy joven. Tome asiento- le señalo la silla que estaba al lado de ella- para conversar mejor.
- No se preocupe, solo quería decirle que necesito tener una reunión con su jefe, Vicente, para detallar algunas cosas.
- Esta bien, yo le agendaré una cita con el para estos días- ella estaba ya muy roja por como había tratado a este joven. Daniel se puso nervioso ya que en ese momento Diego llegaba desde el baño.
- Le dejo mi tarjeta, para que me pueda avisar, muchas gracias- Le extendió la mano y se retiro de aquel lugar

            Al llegar a su departamento, Anita se encontraba muy cansada, su gata la miro con una cara bastante enojada, ya que la tuvo abandonada por todo el día. Se sentó en el sofá y saco la tarjeta que le dio Daniel, no la vio antes por que la guardo de inmediato. Anoto el teléfono en su celular ya que las tarjetas no iban con ella, siempre las extraviaba.

            Eran alrededor de las diez de la noche, Anita se había dado una ducha y se encontraba revisando unos correos, cuando recibo un mensaje por Whatsapp de Diego, donde decía que llegaría un poco mas tarde a la oficina ya que tenía que llevar a sus sobrinos al colegio. Mientras revisaba vio que Daniel, el profesor, apareció en la lista de sus contactos y estaba en línea. Sin pensarlo dos veces le envío un mensaje:

Anita
Hola Daniel, soy Anita. Trabajo en el Hotel, por aquí le avisare de la reunión. Saludos

            Era una noche relajante, de fondo la radio era lo único que se podía escuchar. Su gata estaba durmiendo a sus pies. Se estaba quedando dormida cuando de pronto el sonido de celular la despertó.

Daniel
Estimada Anita, Espero se encuentre muy bien. Estaré esperando el mensaje de la reunión.

Anita
Yo estoy muy bien, gracias por preguntar.

Daniel
Que bien, Me imagino que debe estar cansada.

Anita
Han sido días bastante agotadores, mucho trabajo. Se aproxima un fin de semana largo, y el Hotel esta copado.

Daniel
Que mal, pero como dicen por ahí: Todo sea por el VIL DINERO jajaja

Anita
Jajajajajaj Claro, pero lo bueno que quedan tan solo quedan dos días para el fin de semana.

Daniel
Exacto, ¿Saldrá?

Anita
Tengo planeado no hacer nada.

Daniel
Es lo mejor, mas si esta cansada.

Anita
Si, desde el día lunes que lo espero.

Daniel
Yo también necesito descansar, es estresante trabajar con alumnos.

Anita
No me lo digas que tendré que trabajar con uno de ellos jajaja

Daniel
Si son simpáticos, pero con caracteres muy difíciles

Anita
Veo que si necesitas una distracción

Daniel
Deberíamos distraernos juntos.
Anita
No es mala idea

Daniel
Deberíamos salir mañana, ¿Qué le parece Srta. Anita?

Anita
¿Mañana?

Daniel
Si, o ¿Tiene algún otro plan?

Anita
No, para nada.

Daniel
Mañana la paso a buscar después del trabajo, ¿Le parece?

Anita
Ok. Mañana salgo a las 18.00 lo espero.

Daniel
Ahora a dormir. Que descanse.

Anita
Igualmente.


            Aquella noche durmió plácidamente. Imaginando que pasaría en aquella cita que tendría con Daniel.

lunes, 7 de julio de 2014

CAPITULO 4

(Semanas antes)

           El reloj sonó como todos los días a las 06:30 de la mañana. La radio estaba programada para funcionar a esa misma hora. Poco a poco se escuchaba el sonido de los autos en el exterior. Vivía en un gran departamento con su gata, una animal bastante amargada, pero era a compañía necesaria para su ajetreada vida. Un nuevo día estaba por empezar. El desayuno era algo importante para empezar, pero como la mayoría de las personas, lo pasaba por alto, su tiempo era limitado.

             Tenia que viajar alrededor de una hora para llegar al Hotel Gran Palacio, lugar donde trabajaba como encargada de turismo. Anita, a sus 26 años, ya se destacaba por ser una parte importante de la empresa. Era reconocida por su dedicación en su labor, además de que siempre atendía con una gran sonrisa a las personas. Pasaba la mayor parte del tiempo en reuniones, captando nuevos contactos. Su principal función era coordinar actividades turísticas para los huéspedes de hotel.

             Faltaban 10 minutos para las ocho de la mañana, su compañero, Diego, ya estaba en la oficina tomando un café. Anita amaba el olor que desprendía aquel lugar. Diego se veía cansado, le explico que se quedo casi toda la noche estudiando para un examen de la universidad, por eso estaba bebiendo una dosis triple de café.

            La agenda de Anita para ese día constaba de dos reuniones importantes: la primera era con el gerente del Hotel, don Valentín Henríquez. No tenía idea por que la habían citado, rara vez ese hombre habla con los empleados. La segunda reunión, estaba programada para después del almuerzo, esta era con el encargado de ventas del centro de Ski Blanca Montaña, estaba a punto de conseguir un gran convenio.

            Anita, llevaba una vida bastante ajetreada, se la pasaba trabajando, creando recorridos turísticos para no caer en la monotonía, su gran problema, era que su vida personal había pasado al ultimo plano. De todo el tiempo que ella ha trabajado en el Hotel, nadie la había visto con un novio. Algunos empleados se preguntaban como una persona tan linda como ella podía estar sola. La razón de todo esto era que un hombre había roto su corazón. Hace cinco años atrás, Anita se había enamorado de un hombre, el cual la engaño, se casó y nunca le dio una respuesta de por que hizo eso. Le costo mucho tiempo reponerse, y desde ese momento no quiso sentir nada mas por un hombre. Se refugio en el trabajo, eso era algo que hacia muy bien.

            La reunión con el Señor Valentín se atraso para después de la junta con el encargado de ventas de centro de Ski, de ese modo tuvo un rato libre por lo que decidió adelantar la hora de almuerzo con Diego.

-¿Qué harás después de salir de trabajo Anita?- preguntó Diego
- Planeo ir a ordenar mi departamento, el fin de semana viene mi madre y no quiero que lo vea feo. ¿Por qué?
- Quería que fuéramos a tomar un café, necesito despejarme de este trabajo, me tiene colapsado- dijo Diego
- Me tentaste con lo del café, ¡Vamos!

            El almuerzo es momento agradable, además de comer todo en que puedas, es el perfecto para distraerse, ese día se sirvieron ensaladas con carne y de postre un trozo de pastel de chocolate.

            Después de una hora de conversación con Don Maximiliano, encargado de ventas del centro de Ski Blanca Montaña, llegaron a un buen convenio. Correspondía a una tarde en el Spa de aguas termales o clases para esquiar y una cena a la luz de las estrellas. Negociar con este lugar era algo que no muchos podían hacer, pero la reputación Anita no pasaba desapercibida.

            El salón de reuniones era gigante, esta tenía una mesa con veinte sillas a su alrededor, además constaba con varios estantes y cuadros antiguos, era un gran placer estar ahí por la tranquilidad que daba. Valentín llegó cinco minutos tarde según lo acorado.

- Buenas Tardes Anita, lo siento por la demora. Hay una gran congestión vehícular- Valentín se disculpo con un tono amable.
- No se preocupe, entiendo- respondió ella.
- Me imagino que se debe estar preguntando el motivo de esta reunión- Su tono era algo serio, pero no amargado - Me ofrecieron desde la universidad San Agustín la opción de entrenar a uno de los Alumnos de la carrera Traducción de Ingles. Para mi fue una excelente idea. Y necesito que trabaje con usted. Quiero que esta persona aprenda todo. Necesito que esto este de la mano con su trabajo y de este modo se pueda complementar- Anita quedo impresionada.
- Me parece una buena idea- me será de gran apoyo, no solo para mi, si no que para Diego. ¿Cómo será el proceso de selección?-preguntó.
- Hay que hacerles una entrevista, ellos vendrán en dos semanas, ese mismo día yo personalmente decidiré quien estará realizando esta práctica para poder contratarlo a futuro si todo resulta bien. Le informo con estas semanas de anticipación para que pueda organizar la recepción de los alumnos.
- No hay problema, yo me encargo de eso.

            La jornada laboral término como la mayoría de las veces alrededor de las 18:30. Diego se adelanto para fumar un cigarrillo, cuando Anita salió, él ya estaba esperándola. Fueron a una cafetería cerca del Hotel, era reconocida por preparar deliciosos capuchinos. Se sentaron al fondo, para tener una vista amplia del lugar y ver quien entraba. Diego era muy divertido, siempre salía con alguna anécdota y era difícil callarlo, pero eso le gustaba a Anita, escucharlo.

            Ya había pasado alrededor de una hora y media en aquel lugar, Diego se acerca al oído de Anita y le dice
- Mira disimuladamente, al lado de la ventana hay un hombre solo de terno y corbata. ¡Toda la tarde te ha estado mirando!-
- ¡Diego!, que eres chistoso- Anita se puso a reír de los nervios.
- Es verdad, lo he visto varias veces, y no ha dejado de hacerlo. Oye, necesito ir a baño- Diego se levanta de su asiento- Regreso en un momento.

            Ella se quedo mirando su celular por si algún correo nuevo había llegado, cuando de pronto una voz ronca dice:


- Hola- Era el hombre que la había estado observando. 

martes, 3 de junio de 2014

CAPITULO 3

    Los días pasaron, no supe nada más de él. Tomé varias veces e autobús a la misma hora,  sin tener noticias. Es raro lo que puede hacer la mente, mi mente. Una vez más sentí esperanzas de algo que nunca podría pasar.

Decidí reservar esta historia de Valentín, no contarle a nadie. De todos modos, no había mucho que contar. Seguí con la mi vida normal. Tenía muchas cosas en que pensar, en unos días mas nos llevarían a un Tour por varios lugares como hoteles, agencias de turismo, algunos restaurantes. En cada uno de esos lugares elegirían a un estudiante para que trabajara y se interiorizara, esta era una gran oportunidad para empezar en el campo laboral. Tengo que dar lo mejor de mí, debía ser el mejor. No podía permitirme distracciones.  

            Eran las diez de la mañana, el mes de Mayo había llegado con mucho frío. Llevaba poco tiempo en clases, menos de un mes, no hablaba con mucha gente, me sentía algo aislado pero era lo mejor. Mis amigas estudiaban en distintos lugares, habíamos perdido el contacto físico, pero siempre estábamos comunicados en las redes sociales. Pocas personas, en clases, se veían bastante confiables, pero yo no soy del tipo que se abren a una nueva relación amistosa tan rápido. Escuchaba las conversaciones de algunas chicas que trataban de amores que empezaban y terminaban muy rápido, otras que llevaban mucho tiempo, y estaba mi realidad. Nunca había tenido alguna. No tenía experiencia alguna en el tema

            A las doce en punto partimos en el autobús de la Universidad al Tour donde nos harían algunas preguntas y según nuestras aptitudes y cocimientos nos dejarían trabajar y aprender. Tendríamos que atender a turistas extranjeros, realizar algunas traducciones, era algo ansiaba de hace mucho tiempo. El profesor encargado nos dijo que dependiendo de cómo lo hacíamos podríamos quedar trabajando por mucho tiempo. El primer Lugar que visitamos fue el Hotel plaza, se caracterizaba por la contratación en mayor parte de mujeres, en ese lugar quedo Javiera, era una chica muy agradable, con un carisma bastante especial, siempre tenia una sonrisa para compartir, no hemos hablado mucho, pero solo tengo buenos aspectos. Ella se quedo ahí, los demás seguimos en el viaje.

            Eran las tres de a tarde y varios compañeros ya no nos acompañaban, todos estaban en sus lugares nuevos de aprendizaje. Llegamos al Hotel Gran Palacio, era uno de los más importantes de la ciudad, caracterizado por recibir a presidentes, estrellas de la música, y reconocidos actores. Nos recibió Anita la encarada del área de Turismo. A simple vista se veía muy joven para el cargo que ocupaba, no tenia más de 26 años. Ella era la que planificaba las actividades para los huéspedes del Hotel. El alumno que quedara en ese lugar iba a trabajar directamente con ella, iba a ser el asistente, el que acompañaría a los turistas en los recorridos.


            Nos llevo por un pasillo hasta un auditorio, donde estaba el gerente general de Hotel, el era quien elegiría al alumno. Según Anita, el era uno de los mas entusiasmados en este nuevo proyecto. Para el lo mas importante era conseguir gente sin experiencia en el campo, de este modo formar personal que se amoldara a los intereses de la empresa. Era un buen lugar para empezar, me gustaría mucho poder quedar aquí.

            Entramos en el auditorio, y mi corazón empezó a latir muy rápido, el estomago me empezó a doler, las manos me sudaban bastante, los nervios se apoderaron de mí y no precisamente por ser elegido si no que para mi sorpresa estaba Valentín sentado en primera fila, junto con otras personas. Pero ¿Qué hacía el ahí? De manera veloz recordé que me dijo que trabajaba en un Hotel. Nunca me imagine que fuera este. Nunca hablamos en dónde trabaja, de hecho hablamos muy poco, no podía conocer todo el en unas cuadras cuando me fue a dejar a casa. Él no me vio entrar, me senté en el último puesto, lo mas lejos posible, para que no me viera.  Tal vez, ni se acordaría de que existo. Anita se paro frente a los alumnos y dijo:

-Estoy muy contenta de tenerlos aquí, será una linda experiencia, ahora los voy a dejar con el gerente, quien estará a cargo de elegir a uno de ustedes el Señor Valentín Henríquez.


miércoles, 28 de mayo de 2014

CAPITULO 2

-¡Espera!, grite muy fuerte. Él paro en seco, y lentamente se dio vuelta para ver quién era. Me miro. Mi cara estaba muy roja, nunca antes había hecho algo así. Siempre devuelvo cosas que encuentro perdidas, pero ahora era algo especial, mi estomago no dejaba de sentir esas mariposas de las cuales todos hablan. Me sentía bastante nervioso. Me acerqué a el lentamente, su expresión era muy seria.
- ¿Qué pasa?- Me dijo, su tono era muy frío. Le muestro el pendrive y su cara cambia muy rápido.
- Se te ha caído esto en el autobús- Mis manos temblaban.
- No me dí cuenta, muchas gracias, tengo información muy importante.
- De nada, siempre he dicho, si algo se me pierde me encantaría que me lo devolvieran, así que siempre entrego lo que encuentro- mi boca estaba seca, sentí que hablaba demasiado.
- ¡Te pasaste!- Respondió.
            Hubo una pausa, no supe que decir. Como siempre me pasa cada que vez que veo a alguien que me llama la atención. Se me olvida todo.
- Me tengo que ir- dije algo desanimado, esperaba que dijera algo más- tengo que caminar unas cuadras mas, ya que me baje antes -.
- ¿Te bajaste solo por eso? ¡Eres un tipo genial!, estoy muy agradecido- con esas palabras más nervioso me puse.
- De nada, me voy. ¡Ah! Y ten mas cuidado para la próxima- Camine lentamente, dándole la espalda. ¿Lo volvería a ver de nuevo? Es increíble como son los sentimientos, lo único que quería era hablarle nuevamente. Es raro como un desconocido puede llamar mi atención de esa manera.
            Puse Play nuevamente al celular, de pronto sentí una mano que toco mi hombro, me doy vuelta muy rápido y para sorpresa mía, era VHS.
- Estas calles son algo peligrosas a esta hora, te acompañaré a casa-.
- No te preocupes, puedo cuidarme solo- Me hice el valiente, pero tenía razón, eran casi las once de la noche, y la mayoría de los postes estaban malos.  
- No aceptaré un no por respuesta, es lo mínimo que puedo hacer. Te bajaste varias cuadras solo para entregar algo que por descuidado perdí- Su cara ya no era sería, era la de un tipo feliz, agradecido, amable.
- Bueno, acompáñame- Esto es algo que nunca pensé que pasaría en mi vida.
- Genial, no hay problema- Respondió y empezamos a caminar uno a lado del otro, era muy alto, no me había percatado de eso. Usaba Barba. Guardo sus audífonos en el bolso - ¿Cómo te llamas?- Preguntó
- Daslav, ¿Y tú?
- Es bastante raro tu nombre- Es típico de quien me primera vez me pregunta el nombre decir que es raro- Valentín- Ahora entendí, las letras de pendrive, eran sus iniciales. Aun no era el momento de saber que significaban las H y S.
- Un Gusto, Valentín-.
- Él gusto es mío- Mi corazón se acelero una vez más- ¿Por qué vas tan tarde a casa?
- Estaba en clases, los días jueves son muy largos para mí.
- ¿Qué estudias?- preguntó, y me sentí en una entrevista, no lo conocía así que era aceptable.
- Traducción de inglés- Cada vez que digo lo que estudio no falta el que dice “dime algo en inglés”.
- Que lindo es el inglés- respondió- me encanta, pero yo se muy pocas cosas.
- Es cuestión de práctica, yo estoy empezando recién, pero me encanta. ¿Y tú, qué haces?
- Trabajo en un hotel- me miró y dejo ver una sonrisa.
- ¿Qué es tan gracioso?- le dije.
- Tú cara- En sus mejillas, cada vez que se reía se producían esas lindas margaritas.
- ¿Mi cara? ¿Qué tiene mi cara? – Los nervios volvieron a mi nuevamente-
-  Te vez nervioso. Relájate.
- jajaja, Ok. Lo intentaré.
            Caminamos lentamente, yo lo hacía para poder saber mas cosas de él, para saber que tan parecidas eran a las invenciones que me hice en el autobús. No era nada igual. Tenía 28 años. Me contó que su padre murió cuando tenía veinticinco años. Me dijo que había hablado con un extraño y que le caí muy bien. Además estaba aun muy agradecido por devolverle lo que perdió. Tenía el respaldo de la información de su computador que estaba en reparación.
            Faltaba solo una cuadra para mi casa, desde la esquina la vi. No quería llegar, solo tenía ganas de seguir hablando. Me sentí tan cómodo.
- Llegamos, aquí vivo - coloque una cara algo triste.
- Vivimos cerca- fueron veinte minutos caminando, ¿Cerca?
- Claro, debo entrar, mi madre debe estar algo preocupada- No quería entrar
- Bueno- Me estira su mano para estrecharla, le respondo y me tira levente hacía él y me abraza tal como si fuéramos amigos de hace muchos años- Gracias una vez mas por el pendrive.
- De nada, cuídate- me soltó y camine hacia la puerta de mi casa.

            Eran casi las tres de la mañana, era imposible conciliar el sueño, daba vueltas en la cama, no podía dejar de pensar en Valentín, aquel joven que casi pierde su pendrive, aquel joven que hizo de mi jueves el mejor día de la semana.



miércoles, 7 de mayo de 2014

CAPITULO 1

       Habían pasado ya diez minutos y el autobús no llegaba. Toda la gente que esperaba se cansó de hacerlo y se fue. Era el único en aquel lugar. Solo faltaban cinco minutos para que fueran las diez de la noche, el paradero estaba ubicado en el lugar más oscuro de la calle.

            Para momentos de espera agradecí a quien invento los audífonos, es increíble como al conectarlos al celular o cualquier dispositivo de música, uno se puede transportar automáticamente a un mundo donde solo estas tu. En mi mente, según la canción que estaba tocando, me imaginaba un sinfín de lugares, un sinfín de situaciones, solo era yo. Todos esos pensamientos se esfumaron al sentir la presencia de alguien que estaba detrás de mí. Mi corazón comenzó a latir fuertemente, lo primero que pensé ¿Un ladrón? Espere sin mostrar algún gesto de miedo. Al final del camino una luz se aproximaba, era el autobús que pasó 20 minutos mas tarde de lo habitual. Me levante sin mirar a mí alrededor por el temor de ver quien estaba a unos pasos de mí. El transporte se detuvo, en su interior un hombre con aspecto de cansancio me deja entrar.

            Mientras caminaba velozmente hacia el asiento, sabía que la persona que estaba detrás de mí subiría. Levanto mi mirada y veo a un joven, usaba un bolso cruzado, audífonos parecidos a los míos, además de una camisa negra. A parte de los dos había tres personas mas, sentó un par de asiento delante de mí. 


            El camino hacia mi hogar era largo, alrededor de 25 minutos. Siempre los viajes se vuelven aburridos, pero esta vez existía algo que me hacia olvidar todo. Aquel joven que antes de sentarse me observo bastante. Sentí una conexión y  muchas ganas de hablar con él, me levanté y me senté a su lado y lo salude, veo su cara de asombro al ver que un extraño le esta hablando. Le comenté que realmente me asusto en el paradero y que no quise mirarlo por miedo a que fuera un ladrón. Al poco rato de hablar ya sabía muchas cosas de él, estudiaba para ser profesor, tenia 26 años y para suerte mía vivía a unas cuadras de mi hogar, me dijo que era bastante raro entablar una conversación con un desconocido en un autobús, pero le agrado hacerlo, y al final me pregunto si algún día quería salir a caminar o a tomar algo; de pronto la micro paró fuertemente, miro a mi alrededor y veo a aquel personaje misterioso levantándose para  bajar,  faltaban diez cuadras para llegar a mi casa y todo aquello que había pasado solo ocurrió en mi mente, una vez más mis pensamientos me jugaron en contra. Al verlo caminar hacia la bajada observé que algo se le había caído, un pendrive de color rojo, él ya estaba en la calle, recogí el objeto del suelo lo observé rápidamente y veo las iniciales V H S. Dos opciones se venían a mi cabeza: la primera sentarme nuevamente, esperar a verlo otro día en el mismo lugar para entregarle lo que perdió y la segunda: bajar de inmediato.