sábado, 31 de enero de 2015

CARTA PARA DAVID


Querido David

Ha pasado un mes desde que nos separamos, un mes en el cual  no sé nada de ti, un mes de extrañarte cada día.

Mi vida ha pasado lento, sin mucho que hacer a parte de lo cotidiano. Del trabajo a la casa, de la casa al trabajo. No he conocido a nadie, no he tenido tiempo…de hecho no he tenido las ganas de conocer a alguien por quien sentir algo parecido a lo que siento contigo. Es un sentimiento que no podré sacarlo de mi mente y corazón.

A veces me pregunto que hice mal. Tal vez no preste mucha atención a lo que nos estaba pasando.

Te extraño cada día más, te quiero y amo tal como ayer, tal como hace un mes atrás, tal como el primer día en que te vi. Tal como aquel día en que nos conocimos por accidente cuando recibí el pelotazo en el parque. ¿Recuerdas? Es una linda historia. Para pedirme disculpas me invitaste a comer un helado, desde ese día fuimos inseparables. Por una pelota, una historia linda se construyó. Por una pelota, mi amor hacia ti creció. 

Sinceramente, esta situación me duele. Cada día lloro. Sé que soy hombre, que no debemos llorar, pero a veces las situaciones a las que nos vemos expuestos son intensamente impactantes, situaciones que no se pueden superar de un día para otro. No se cómo explicarte lo que siento, no se explicarte que cada día que pasa te extraño y necesito más. Sé que debo superarte, sé que debo ser más fuerte, sé que no puedo dejarme vencer y seguir mi camino. Tal vez encuentre a otro, no igual a ti, pero me niego, me niego a no tenerte, a no besarte, a no abrazarte, me niego a que no estés conmigo

Ha pasado un mes, un mes de no tenerte, un mes de soledad en mi vida. De cierto modo fuiste egoísta conmigo, no pensaste en mí cuando decidiste irte, ¿Pensaste en que yo no iba a sufrir? ¿Pensaste en lo solo que me ibas a dejar? No, no pensaste en nadie. Lo peor de todo fue que yo te encontré en el baño, tirado en el piso con todos aquellos frascos de medicamentos alrededor. Me dijiste que no ibas a ir al trabajo porque te habían dado el día libre, y como tonto te creí.  Nunca me imaginé lo que me harías, dejarme solo en este mundo, tu mi compañero. La persona a quien más amo.

Era todo tan perfecto para nosotros, era todo tan feliz. Sé que pasamos momentos difíciles. Cuando no pudiste seguir con los estudios y congelaste. Tu meta, nuestra meta, era que pudieras continuarlos. O cuando me caí de la escalera cuando estábamos de vacaciones en el sur.  Te acuerdas que pase 20 días hospitalizado en un lugar donde no conocíamos a nadie. Son experiencias que no imagino haber pasado sin ti.

Ya no me queda nada, la tristeza es parte de mi vida, pero espero que todo eso cambie, que volvamos a estar un día juntos nuevamente. En ese momento nada ni nadie podrá separarnos.

Siempre tuyo
Santiago


EPILOGO

El cuerpo de Santiago fue encontrado sobre su cama el dia 25 de Enero del 2015 por su madre. Lo único que tenía en sus manos era la carta para David

jueves, 29 de enero de 2015

PUDO SER

La lluvia cae copiosamente, estoy sentado en el banco de la plaza. Toda la gente corre para  poder refugiarse. Yo los veo pasar, los veo correr, los veo salpicar el agua de los charcos a las otras personas, pero a nadie le importa, ya están todos mojados.

Mi mundo parece estar detenido, el de los demás avanza muy rápido, yo solo quiero verte. Quiero verte salir de aquel café, quiero hablarte, estoy decidido, te he visto salir de ahí muchas veces. Soy un poco psicópata, pero me gustas. No he hablado contigo, bueno el único contacto que he tenido son los cafés que te he pedido diariamente por seis meses. Solo sé que te llamas Diego.

Desde el primer momento en que te vi, no pude olvidar tu sonrisa, no he podido olvidar tus gestos y menos tú forma de hablar. Atiendes muy bien a la gente, y sobre todo a mí. Tengo varias escritos en mi casa acerca de ti y varias cartas para ti que nunca te entregare. Son seis meses de pensar en un nosotros en mi imaginación, son seis meses donde mis fantasías han sido inmensas a tu lado, seis meses de un mundo irreal pero feliz.

Tengo mis pantalones mojados, hace frío, pero eso ya pasa a un segundo plano, lo único que quiero es verte. Estoy decidido a hablarte, preguntar si quieres salir a caminar. Tal vez me rechaces, tal vez me pegues, ¿Qué es lo peor que puede resultar de esto? Que me digas un no rotundo.

Ya llevo dos horas esperando y está llegando el momento en que salgas. Todos se han ido solo quedas tú en el aquel lugar. Mis manos tiemblan fuertemente. Siempre he sido nervioso, pero en situaciones como esta, el nerviosísimo se intensifica. Ya no escucho las canciones de mi reproductor,  lo único que oigo en mi  mente es ¡Hazlo!

Acabas de cerrar la puerta del local. Mi corazón late muy fuerte, me he levantado de la banca.  Empiezas a caminar, cruzas la calle que está al lado y desde un lugar desconocido oigo que alguien grita tu nombre.

-¡Diego!-

En ese momento todo pasa muy rápido, tu cara de felicidad ilumina todo lo que está alrededor, dos segundos después un auto descontrolado choca tu cuerpo dejándolo tirado media cuadra más allá. Hay sangre por todos lados. He quedado paralizado. No puedo creer lo que mis ojos acaban de ver, intento caminar y no puedo, siento que me  desmayare, mis piernas tiemblan. La gente se acerca a tu cuerpo, todos gritan. El grita tu nombre . Tú no despiertas. A lo lejos escucho la ambulancia, de a poco el sonido de la sirena se hace más fuerte. Estoy paralizado, aun me rehúso a creer lo que acabo de presenciar. Los paramédicos se bajan y entre gritos puedo ver que levantan tu cuerpo, preguntan si el chico es un familiar,  y  lo que entiendo es que es tu novio. Te meten dentro de la ambulancia, el sube y muy rápidamente se van de aquel lugar. La gente se disipa comentado lo que ha pasado, una señora pasa por al lado mío y le oigo decir “era tan joven para morir”.


Ya todo se distorsiona, mis ojos no ven bien mi entorno, los sonidos son cada vez más lejanos, mis piernas ya no soportan mi peso. Por un momento siento que estoy flotando, cierro los ojos. Mi cuerpo cae en el suelo mojado.