Creo que
una de las cosas que más difícil me ha tocado afrontar en la vida es haberme
tenido que aceptar homosexual. Si soy
gay, pero no cualquier gay, el rosado no es parte de mi vida, no es el color
con el cual tenga que identificarme. Soy un gay como se dice… “Piola”. Cada
quien se muestra como es, es lo principal para no caer en la discriminación.
Me asumí a
los 17 años, la edad normal en la cual se debiera aceptar la sexualidad de las personas según algunos estudios Psicológicos (cristina ves que no olvido la P). Fue a esa
edad en al cual con una simple frase mi mundo se vino abajo. Si no fuera por G,
tal vez yo no estaría escribiendo este blog.
Recuerdo que
estaba hablando con G, en el día antes de salir de vacaciones de invierno, ese
día me hablo por descarte, por que ambos estábamos solos, y sus amigas no
estaban. Fue en ese momento el cual el se abrió conmigo. Siempre sentí algo
hacia el, siempre, pero no fue hasta el momento que me dijo “soy gay” que me di
cuenta de todo lo que sentía por el. En fin, de que hablaba… Ah si, de mi aceptación.
Este joven me contaba de sus problemas, de todo lo que paso junto a su familia por el mismo tema y en
ese momento me dije a mi mismo “Mismo, te has quejado por puras tonteras, el ya
se acepto, por que tú no!”. Ese día caí en depresión, por que era gay.
Al paso de
los días, fue todo un torbellino de ideas que estaban en mi mente. Muchas preguntas:
¿Qué dirá mi madre? ¿Mi padre me va a matar? ¿Mi hermano? ¿Mis amigos? Todo eso
pasa por la mente de un joven el cual esta a punto de afrontar la vida. Las oportunidades
estaban ahí, quería contarle al mundo como era, pero me daba miedo. Ese miedo
al que dirán mas aun cuando no tiene s a quien contarle tus cosas. Estaba mi
familia, mis amigos, pero no sabía cual era su reacción al respecto.
Pasaron los
días, y opte por callar una vez mas, pero esta vez era distinto. Era gay.
Mis sentimientos
hacia G no cambiaron, aumentaron, sentía que podía tener algo con el, que me
podía ayudar. Quizás confundí la amistad con amor, tal vez no. En ese momento
el era una de las razones por las cuales yo quería ir al colegio, me sentí
enamorado y con tal solo verlo me conformaba, de cierto modo esto no ha
cambiado mucho. Sentí que el fue mi primer amor.
Se acercaba
el último día de clases de toda mi vida, es ahí cuando con un simple juego de
decir la verdad, sale a flote lo que mas había guardado, fue ahí cuando les
dije a mis amigas todo. Uff fue el momento extraño, fue un momento en el cual
sentí que gran parte del peso de mi mochila se iba. Me sentí bien, mas que
bien. Al decir esto necesite mucha valentía. Mas aun tuve que desmentir cosas
que había dicho con anterioridad.
En mi vida hubo
muchas presiones, las hay todavía. Una de ellas era la famosa frase “cuando va
a traer una polola” o “Quien te gusta”. Fue
ahí cuando invente que me gustaba una chica para distraer la atención. Esta
mentira blanca se salio de su curso. Me sentía tan mal, pero tan mal, por que
involucre a gente que no tenía nada que ver, nada! Al final nadie salio
lastimado.
Era último día
de clases de mi vida, y se me ocurre escribir una carta a cada uno de mis
compañeros, pero una iba con muchas declaraciones. Esta carta era para G. Él no
llego a la misma hora, fue en ese momento cuando recibí muchas disculpas por el
bullying que me habían hecho en varios años. Hasta que llegó G, se la entregué
y le dije “no la leas ahora”. No me hizo caso, no quería verlo después de que
la leyera. En la carta no había declaración alguna de mi amor hacia el. Solo que
me había ayudado mucho en mi trayecto a lo que soy. Después el corrió hacia mi,
me abrazo y dijo “ Te quiero mucho, amigo. Nunca te dejes pisotear. Eres una
muy buena persona y nunca te voy a olvidar”. Tal vez sea algo extraño que
recuerde sus palabras, ya han pasado siete años desde aquel momento.
Es así como
no le dije nada, es así como empezó mi vida ocultando sentimientos. La explicación
que me he dado del por que hago eso, es por el simple hecho de no salir
lastimado, por mantener una coraza frente a los demás. Al año siguiente, le
dije a G lo que sentía, el no respondió algo lindo, si no que fue algo como “Solo
podemos ser amigos, y no quiero hacerte daño”. Caí en una depresión, me sentía
mal. Me sentí tonto por querer a alguien que nunca iba a sentir algo parecido a
mi, me costo varios años, pues el fue mi
primer amor, la primera persona gay que conocía y la primera por la cual sentía
algo.
Hoy solo
puedo decir que le tengo un gran cariño, G guarda un gran espacio en mi corazón.
A pesar de que no hablamos el lo ocupa.
Esta es una
de las historias que muchos no saben de mi vida. My First Love