sábado, 7 de marzo de 2015

CAPITULO 6

       Todos se quedaron en silencio, el rostro de mis compañeros era parecido al mío. En la mayoría abundaba la confusión, y creo que mas de alguno se preguntaba como alguien tan joven podía ser el gerente de aquel prestigioso lugar. Mientras caminaba, a reunirse con Anita, su cara era muy seria, con una mirada fija en el horizonte. Lo único que esperaba que no me haya visto. Quería salir rápidamente de ese lugar, me sentía muy incomodo. Siempre me pasa lo mismo cuando veo a alguien por el cual siento una leve atracción. 

-Jóvenes, para nuestra gran empresa es de mucho valor, la capacidad y aprendizaje de nuevas personas, por lo mismo hemos decidido ser parte de esta gran oportunidad. El Hotel, se caracteriza por dar un gran espacio a las nuevas mentes, mentes frescas que tengan ideas para el cambio, gente que pueda amoldarse al perfil que tiene este lugar- todos estaban callados escuchando, muchas de las chicas se quedaban mirándolo, era un joven muy guapo. Debería tener muchas admiradoras, mas aun en la forma que se expresaba, y su seriedad era algo que a mi me dejaba bastante confuso, era distinto a lo que yo pude percibir cuando me dejo en casa. Ahora estamos en otra situación, un tanto mas formal- En compañía de Anita, hemos decidido…-su mirada se conecto a la mía, fue inevitable no dejar de verlo, sentí vergüenza. Desvío la mirada hacia la ventana, Anita lo observo y el continuo- Cambio de planes. Creo sinceramente que una prueba no deja demostrar las habilidades y deseos de las personas, por lo mismo he decidido hacerles la siguiente pregunta: ¿Quién quiere estar en nuestra empresa? 

      El minuto que siguió esta pregunta fue demasiado bullicioso, yo solo lo miraba a el mientras todos mis compañeros hablaban de que era el mejor lugar para trabajar; otros decían que tener el curriculum con el nombre de este Hotel te abría las puertas para entrar a muchos lugares. Una parte de mi decía: ¡Levanta esa mano, te esta ofreciendo a ti esta oportunidad, no la tendrás nunca mas! Sin embargo otra voz en mi cabeza decía: no lo hagas, es inalcanzable. De pronto observe que el me miro una vez mas y pregunto: 

-¿Quién quiere estar en nuestra empresa?- sin mirar mi rostro observo a los demás. 
-Yo- Isabella levanto la mano. Ella era un de las populares en mi clase. Su buena figura y su cara angelical hacia que todo el mundo la amara. Pero había algo que me impedía confiar en ella. 
- ¿Cual es su nombre?- pregunto Valentín. 
- Me llamo Isabella y me gustaría trabajar con ustedes- respondió ella. 
- Muy bien, acérquese- ella camino hacia Valentín, mientras lo hacia varios compañeros le silbaron, ya que muchos de ellos estaban enamorados de ella. Lo Saludo con beso en la mejilla y se paro al lado de él. Debo admitir que sentí celos, yo era quien debería estar al lado del Gerente, pero una vez mas mis inseguridades me dejaron de lado. 
Valentín converso con Anita, la cual afirmo muy contenta, luego intercambio palabras con el profesor encargado del curso y nos hablo nuevamente. 

- Estimados Jóvenes, he decidido y con la afirmación de su profesor, que dejare a otro estudiante aquí, Así que repito la pregunta anterior ¿Quién quiere estar en nuestra empresa?- Es Ahora o nunca. 
- Yo-  fueron unos minutos mas incómodos de toda mi vida, Todos me miraban en aquel lugar, más de veinte rostros observándome en ese momento. Para que puedan entender, mi reacción interna era parecida a cuando te cantan la canción del cumpleaños feliz, Ese momento en que todos están pendientes de ti, pero multiplicado por unas cien personas- Daslav es mi nombre. 
- Daslav, puedes acercarte- Su sonrisa era gigantesca, me sentí bien, nervioso pero bien. 
- Muchas gracias a todos, espero que en un futuro cercano puedan tener las opciones de ingresar a nuestra empresa, los recibiremos con las puertas abiertas. 

Todos se retiraron, quedamos los cuatro y Anita nos invito a que fuéramos a su oficina, para poder ver el lugar al cual llegaríamos al día siguiente. No pude hablar mas con Valentín, quería preguntarle muchas cosas, pero conociéndome no haría más que saludarlo. En el área de trabajo, Anita solo tenía un escritorio extra, ¿Tendría que compartirlo con Isabella? ¿Cómo lo haríamos? 

-Chicos, mañana veremos bien como lo hacemos, deben estar cansados, pueden retirarse- nos dijo Anita. 
- Hasta mañana Anita- Dijo Isabella con un tono bastante patero, y se despidió de ella y el joven que se encontraba en el escritorio del fondo. 
-Ahh, por cierto el es Diego, trabaja conmigo. 
- Hasta mañana- les dije a ambos- 

      Camine en silencio por el pasillo hasta la salida del Hotel, ni una palabra salió de la boca de Isabella. Ella Lo único que hacia era sonreír a las personas que veía en el lugar. Llegamos a la entrada principal y gentilmente le digo hasta mañana. Su sonrisa se fue de inmediato mostrando una cara muy seria y enojada. 

- Daslav, no hemos hablado mucho, pero esto yo no lo tomo a la ligera. El puesto será mío, ¿Entendiste?- Sus ojos estaban muy abiertos, su rostro daba miedo.  
Isabella que te pasa, acá los dos tenemos las mismas opciones de trabajar- respondí con mucho nerviosismo. 
- ¡No! – fue como un chillido- Esta es mi gran oportunidad, así que espero que me la hagas fácil y te retires lo antes posible. 
- ¿Es una amenaza?- pregunte enojado, pero con mucho nervio, las piernas me tiritaban. 
- Tómalo como quieras, pero ¡Seré yo quien trabaje aquí!- se dio media vuelta y camino hacia el taxi que se encontraba mas cercano. 

      Me quede boquiabierta, impresionado con la actitud, de una chiquilla que lo ha tenido todo en la vida, de una mimada, pude ver el lado mas terrible de una niña malcriada. Me asuste, mi corazón latía muy rápido. Pero había algo en mi que me impedía dejar ganar, iba a pelear por este puesto. 

       Camine, hasta el paradero mas próximo, debía tomar el autobús para llegar a casa. Saque mis audífonos, puse play a mi reproductor mientras esperaba. De pronto, un auto negro se detiene frente a mi, veo que el vidrio baja y para mi sorpresa Valentín esta en el interior. 
- ¿Te llevo?- preguntó 
- No, muchas gracias- Estaba mas confundido, miles de preguntas estaban en mi cabeza, pero no quería irme con el. Necesitaba tiempo para asimilar todo lo que estaba pasando. 
- Ven, vivimos cerca, así que te paso a dejar a tu casa, ya se donde vives- Me miro y su sonrisa era algo que me dejaba embobado- no te aceptaré un no por respuesta. 
Ok, esta bien- Me saque los audífonos, y me subí al auto de Valentín.

jueves, 12 de febrero de 2015

PUDO SER (Segunda Parte)

Queda una hora para que salgas de trabajar en aquel café donde te conocí, aquel lugar donde hace un año, inicio nuestro amor. Hace frío, creo que es el día mas helado de este invierno, pero no impide que quiera verte, que quiera abrazarte y besarte. He esperado todo el día, no he llamado, ni menos enviado un mensaje en WhatsApp, sé que es típico pero quería hacer pasar este día por uno normal, quería que pensaras que se me había olvidado.

Voy conduciendo, la lluvia no ha parado en tres días y según el meteorólogo de la radio, no lo hará hasta el próximo martes, pero esto le da una atmosfera mucho más romántica a nuestra salida de aniversario.  Estoy a media hora de recogerte. Ni te imaginas la sorpresa que tengo, la mejor reservación en el restorán que tu tanto anhelas ir, ese donde hay que pedir un cupo con dos meses de anticipación, pero hoy por verte feliz soy capaz de llegar hasta la luna.

Es imposible no recordar todos aquellos momentos felices que hemos pasado en este año, como por ejemplo: cuando te compre aquel café y fue inevitable no quedarme viéndote, que de lo tonto que fui, derrame el café en el suelo y tuve que comprar otro. Desde ese día te iba a visitar y preguntaba como estabas, hasta que llegó un momento en el cual  te pregunte si querías salir conmigo, para mi alegría dijiste que sí.  Esa vez fuimos a bailar. Me acuerdo y me da risa, porque aquella fue mi primera vez de muchas experiencias. Fue la primera vez que baile con un hombre, la primera vez que estaba en ese lugar y la primera vez que besaba a otro hombre en frente de otra gente sin importar el que dirán porque todo estaban en la misma situación. Y aquel San Valentín, cuando fuimos por un helado y yo por tener mis manos y mis pies de mantequilla me caí manchándote toda tu polera favorita de chocolate y entramos igual a ver esa película que querías ver, toda la gente miraba tu ropa pero a ti no te importaba nada, estabas feliz.

 He llegado, tengo el auto estacionado frente al café y a través de la ventana puedo verte apagando las luces para ya salir. Siento que te conozco desde hace años, me encantas, te amo con todo mi corazón, por lo mismo hoy quiero hacer que este día sea súper especial y que pasemos nuestra vida juntos. Hoy te daré un anillo que simbolice nuestro compromiso.  Ya quiero ver tu cara. Me bajo del auto y saco el paraguas para ir a buscarte y de esta manera no te mojes. Mi corazón se acelera al verte salir, y caminar para cruzar la calle.

-¡Diego!- grito muy fuerte.

          Veo Tu rostro,  esa alegría que me da al verte. ¡Me hace feliz! Unos segundo más tarde tu cuerpo es chocado por un auto que no se detiene y se da a la fuga

            ¡Nooooo! ¡Maldito! Corro a tu cuerpo que esta tirado más allá, tienes sangre en tu ropa, estoy paralelizado.

-¡Diego despierta por favor! ¡Diegooooooooooo! – Grito  muy fuerte.

             Tu cuerpo no reacciona, ¡Maldito auto que te ha chocado!

             Una señora llama a la ambulancia. Logro escuchar que viene enseguida. No puedo creer que estés así, no puedo creer que esto haya pasado. Estoy llorando, estoy  impactado, las palabras no las puedo sacar, solo quiero que despiertes, solo quiero ver tus ojos, no quiero que me dejes no quiero quedarme solo. ¡DIEGO POR FAVOR DESPIERTA! Mi mente está llena de tanto pensamiento que no se decide que hacer. A lo lejos escucho la sirena de la ambulancia. Ya llegaron, sé que ellos harán algo por ti, me niego perderte, más aun por un tipo que se acaba de arrancar de este escenario en su auto.

            Los paramédicos están intentando hacer lo posible para ayudarte, te suben a la camilla para poder llevarte al hospital urgente. Uno de ellos me mira y me pregunta que es lo que soy:
-Soy su novio- respondo aguantando todas las lágrimas.

- Tenemos que trasladarlo ahora ya, está muy mal, suba usted también a la ambulancia-

            Todo esta tan confuso, quesera encontrar a ese desgraciado que se acaba de dar a la fuga para poder golpearlo, dejarlo del mismo modo en el cual te ha dejado Diego. Mientras te suben a la ambulancia, veo a  mi alrededor a los demás que están impactados con todo esto. A lo lejos diviso un joven que esta empapado por la lluvia, esta inmóvil mirándonos desde la pequeña plaza.

           Los minutos pasan lento, no llegamos nunca al hospital. Los paramédicos tratan de estabilizarte, pero sus caras no muestran que estos procedimientos sean satisfactorios. Mi cuerpo está temblando, quiero llorar pero no puedo, quiero hablar pero no puedo. Solo quiero despertar, quiero que esto acabe, quiero que esta pesadilla se termine, quiero volver a aquel momento en el cual te vi salir del café, donde yo te iba a abrazar y besar, quiero ir a cenar, quiero entregarte el anillo quiero estar contigo.

         Al salir de la ambulancia, ya están esperando por ti, veo que los paramédicos hablan con otros que dicen que tu estado es grave, que necesitas entrar a pabellón para verificar como esta todo dentro, si hay algún órgano comprometido. Nadie me explica nada. Me gustaría ser yo quien estuviera ahí, no tú. No me gusta verte así, no quiero que te pase nada malo. Dios por favor, ¡AYUDAME! , ¡AYUDALO!, ¡SALVALO!

         Me dicen que no puedo seguir contigo, no puedo acompañarte, me van a informar de lo todo en un momento más. La sala de espera esta vacía, solo estoy yo. Me siento en la última silla que esta al final junto a la ventana. Estoy cansado, quiero cerrar los ojos y dormir. Pero no puedo, no debo. Tengo que estar pendiente de todo  lo que suceda, de lo que me dirán. Las lágrimas por fin salen de mis ojos, corren por mis mejillas.

         Ha pasado más de una hora desde que entraron, ya son casi las once de la noche. Necesito llamar a la mamá de Diego, debe saber que su hijo está mal. ¡Maldición!, he dejado el teléfono en el auto, no tengo como llamar a alguien para que venga. Ahora si me siento aún más solo. No puedo ir a mi auto, no puedo dejar solo a Diego. ¡POR QUE NADIE ME DICE ALGO AQUÍ! ¡DONDE ESTÁN TODOS!

         Dos horas y nada, mis piernas me duelen, los nervios se apoderan más de mi cuerpo, pero debo ser fuerte, debo ser fuerte por Diego que está luchando minuto a minuto por salir de esto. ¿Cómo no voy a aguantar yo?

       Tres horas ya y aun nada. Decido pedirle el teléfono a la  enfermera que se encuentra en la estación para poder así llamar a la madre de Diego:

-Hola, Sra. María.
-¡Felipe! ¿Cómo estás?
- Sra. María, Diego… - no tengo que llorar, no muestres debilidad Felipe. ¡Se fuerte!
- ¿Dónde está Diego? ¿Qué pasa? Te noto extraño, me estas asustando.
- Estoy en el hospital, hubo un accidente. Necesito que venga rápido por favor.
- ¡Que! ¿Pero cómo? Mi Dieguito- acaba de empezar a llorar, sabía que esto iba a pasar.
- Sra. María, venga rápido por favor- con un nudo en la garganta, intentando no llorar.
- ¡Voy!

           La Sra. María me había aceptado desde el primer día en que me vio. Ella dijo, “Gracias por hacer feliz a mi hijo”. Desde ese momento me quiso como uno más de la familia. Con ella sentía el apoyo que mi familia no me estragaba. Me encantaba tomar once con ella, siempre me daba cosas ricas. Su esposo y padre de Diego había fallecido hace un par de años. Siempre fueron los dos este tiempo y conmigo se sentían protegidos. ¡Diego por favor no nos dejes! ¡Señor, te pido que no te lo lleves aun”.

  La Sra. María, había llorado desde que llego al hospital, no podía dejarme ver vulnerable en este momento., debía ser fuerte.

-¡Ahí Viene el doctor!-dije con un grito
- ¿Cómo esta Diego?- preguntamos los dos al mismo tiempo
- Hemos logrado estabilizarlo, pero su estado es grave, debemos estar atentos a lo que pase esta noche. El choque lo golpeo muy fuerte por la velocidad que iba, el paciente tenía una hemorragia interna bastante severa, además se vio muy afectada la cadera. No son noticias alentadoras. Solo les pido paciencia.
-¿Puedo pasar a verlo?- pregunto ella entremedio de lágrimas.
-Aun no, les avisaremos, les pido que esperen.

                Ha sido la noche más larga de mi vida, la noche más terrible que he podido pasar, todos los momentos felices vuelven a mi mente, cuando corríamos, cuando jugábamos play, cuando cantábamos karaoke, las locuras. Nuestro aniversario pasó a segundo, tercer y hasta un cuarto plano. No quiero dejarte, no quiero que me dejes.
                Nos dieron permiso de entrar, estoy esperando que la Sra. María salga para poder verte. Estoy nervioso, tengo miedo.

                Por fin ha salido, es mi turno de entrar. El camino se hace eterno y lleno de pensamientos que no son buenos. Por fin te veo, estas vendado, conectado a algunas máquinas y al ventilador artificial, las lágrimas son imposibles de resistirlas, tomo asiento y delicadamente tomo tu mano:

-Diego, te amo, te amo con toda mi alma, hoy cumplimos un año, me niego a perderte en un año, ya te extraño. No sé si me escuchas, pero aquí estoy contigo, en las buenas y en las malas. En todo momento. ¡Diego por favor necesito que luches por mí!, ¡Por tu madre!, pero en especial ¡Por ti! Tienes todo un futuro por delante. Acuérdate que quieres estudiar fotografía. Acuérdate de que quieres conocer todos esos países, y hacer un álbum con todas tus aventuras tal como sale en la película “UP”. Acuérdate que tendríamos nuestra casa, con un jardín inmenso. Tienes que luchar por todos esos sueños. No quiero que me dejes solo ¡Te necesito! No imagino mi vida sin ti. Desde que te conocí, diste vuelta mi mundo, has roto cada uno de mis esquemas para bien, cada momento que hemos vivido lo llevo en mi mente. Quiero que vuelvas a reír, a llorar, a ser feliz. Pero necesito que despiertes. Necesito que pelees esta batalla hasta el final. No puedes rendirte de esta manera. Yo siempre te apoyare, en todo lo que decidas. Este día había comprado estos anillos para que simbolizaran nuestro amor, nuestro compromiso, nuestra lealtad.  Esta noche te iba a pedir que pasáramos toda nuestra vida juntos.

                La angustia de estar en aquel lugar, de no saber si vas a despertar, es algo que  mata por dentro, pensar que hace unas horas atrás estaba  todo era perfecto, pero de un momento a otro el destino cambia drásticamente. Estoy en la sala de espera, solo nos queda esperar, el cansancio se apodera de mi cuerpo, de a poco mis piernas y mi brazos se adormecen, mis parpados pesan y mis ojos se cierran lentamente, lo último que veo es el perfecto amanecer a través de la ventana, el sol cubre con sus rayos de sol la nieve blanca de la cordillera. Cierro los ojos y veo tu imagen, ve tu rostro. Diego, te amo.



                 

sábado, 31 de enero de 2015

CARTA PARA DAVID


Querido David

Ha pasado un mes desde que nos separamos, un mes en el cual  no sé nada de ti, un mes de extrañarte cada día.

Mi vida ha pasado lento, sin mucho que hacer a parte de lo cotidiano. Del trabajo a la casa, de la casa al trabajo. No he conocido a nadie, no he tenido tiempo…de hecho no he tenido las ganas de conocer a alguien por quien sentir algo parecido a lo que siento contigo. Es un sentimiento que no podré sacarlo de mi mente y corazón.

A veces me pregunto que hice mal. Tal vez no preste mucha atención a lo que nos estaba pasando.

Te extraño cada día más, te quiero y amo tal como ayer, tal como hace un mes atrás, tal como el primer día en que te vi. Tal como aquel día en que nos conocimos por accidente cuando recibí el pelotazo en el parque. ¿Recuerdas? Es una linda historia. Para pedirme disculpas me invitaste a comer un helado, desde ese día fuimos inseparables. Por una pelota, una historia linda se construyó. Por una pelota, mi amor hacia ti creció. 

Sinceramente, esta situación me duele. Cada día lloro. Sé que soy hombre, que no debemos llorar, pero a veces las situaciones a las que nos vemos expuestos son intensamente impactantes, situaciones que no se pueden superar de un día para otro. No se cómo explicarte lo que siento, no se explicarte que cada día que pasa te extraño y necesito más. Sé que debo superarte, sé que debo ser más fuerte, sé que no puedo dejarme vencer y seguir mi camino. Tal vez encuentre a otro, no igual a ti, pero me niego, me niego a no tenerte, a no besarte, a no abrazarte, me niego a que no estés conmigo

Ha pasado un mes, un mes de no tenerte, un mes de soledad en mi vida. De cierto modo fuiste egoísta conmigo, no pensaste en mí cuando decidiste irte, ¿Pensaste en que yo no iba a sufrir? ¿Pensaste en lo solo que me ibas a dejar? No, no pensaste en nadie. Lo peor de todo fue que yo te encontré en el baño, tirado en el piso con todos aquellos frascos de medicamentos alrededor. Me dijiste que no ibas a ir al trabajo porque te habían dado el día libre, y como tonto te creí.  Nunca me imaginé lo que me harías, dejarme solo en este mundo, tu mi compañero. La persona a quien más amo.

Era todo tan perfecto para nosotros, era todo tan feliz. Sé que pasamos momentos difíciles. Cuando no pudiste seguir con los estudios y congelaste. Tu meta, nuestra meta, era que pudieras continuarlos. O cuando me caí de la escalera cuando estábamos de vacaciones en el sur.  Te acuerdas que pase 20 días hospitalizado en un lugar donde no conocíamos a nadie. Son experiencias que no imagino haber pasado sin ti.

Ya no me queda nada, la tristeza es parte de mi vida, pero espero que todo eso cambie, que volvamos a estar un día juntos nuevamente. En ese momento nada ni nadie podrá separarnos.

Siempre tuyo
Santiago


EPILOGO

El cuerpo de Santiago fue encontrado sobre su cama el dia 25 de Enero del 2015 por su madre. Lo único que tenía en sus manos era la carta para David