Cuando alguien te dice “Tenemos que hablar”
automáticamente te asustas y si a eso le sumamos el nombre de alguien en específico,
el miedo se intensifica. En ese segundo que vino después de esa frase por parte
de Diego, mi cabeza pudo crear varias teorías al respecto:
a) Diego y León ya tenían una relación
desde antes y me iba a dejar en claro que no debía meterme en medio.
b) Diego estaba completamente enamorado
de León, pero no se atrevía a decírselo.
c) Ambos eran buenos amigos desde antes
y me iba a decir que León estaba enamorado de mí.
Levante una ceja y lo mire directo a
los ojos.
- ¿De León?- dije.
- Los rumores llegan, más aun si tienes de
compañera a Isabella- ¡Malditos rumores!
- Isabella ¿Qué te dijo?- hablar de todo esto
me estaba colocando aún más nervioso.
- Qué algo paso entre tú y León- su mirada
estaba fija en mis ojos. A parte del nerviosismo, me sentía bastante incómodo.
Diego no era una de mis personas favoritas. Todo este tiempo me sentí amenazado
por él, aunque fuera todo por las influencias de Isabella. Sin embargo no era
agradable estar comentado mis sentimientos con él.
- Pasó algo- desvié la mirada- pero ya era.-
tomé algunos documentos para camuflar mis nervios.
- Si no pasa nada, ¿Por qué te hizo ese show en
la casa del señor Henríquez la otra noche?
- ¡Hey! ¿Qué onda Diego?- Lo mire serio. Sus
preguntas me estaban incomodando mucho.
- León y yo estamos saliendo hace bastante
rato.
- ¿Qué? ¿Saliendo?- La alternativa correcta es
la letra A.
- Si, saliendo. Ósea no tenemos nada serio pero
si hemos salido varias veces. Él me gusta harto.-Al escuchar estas palabras el
sentimiento de culpa desaparecía de mí. León me hizo una escena de celos en
frente de todos, pero nunca me dijo nada acerca de su “relación” con
Diego.
- Nunca me lo dijo. Aunque ahora no hay nada
entre nosotros, así que no debes sentir celos. – Se río.
- Siempre he aceptado las reglas para estar con
León. Nunca quiso algo más formal entre nosotros, pero de igual forma nos
llevamos bien en la cama.
- Espera, espera, espera…. ¿En la cama?- Abrí
mis ojos. Se suponía que León tuvo su primera vez conmigo.- ¿Hace cuánto llevan
esta amistad con ventajas?
- Alrededor de unos dos o tres meses.- ¡Fuerte
declaración! Sé que no soy la mejor persona, pero que León se haga el ofendido
debido a que yo no fui sincero siendo que él tampoco lo es ¡Es muy care raja!
¡Y decir que es la primera vez que tiene relaciones con un hombre, es peor aún!
Podía ver en los ojos de Diego que lo que sentía por León era fuerte, sus ojos
azules brillaban cada vez que su nombre era mencionado.
- ¿Le has dicho lo que sientes?- No sé si deba
mencionar que me acosté con León. Estaba enojado con él. Por hacerse la víctima,
aunque igual me sentía aliviado por no sentir la culpa.
- Si, pero tú sabes cómo es León, reservado.-
bajo su mirada.
- Deberías darle un ultimátum- ¿Yo aconsejando
a Diego?- y si no, da vuelta la página.
- ¿Tú crees?- dijo mirándome nuevamente.
- Claro. Diego tienes que pensar en ti. - ¿Por
qué le estoy dando consejos? – Si no te valora y no es capaz de ver lo que tú
sientes por él, debes seguir con tú camino. Ya llegará otra persona.
- Lo sé pero es difícil hacerlo.
- Créeme, lo sé. Pero no imposible. Al final de
todo este camino eres tu quien se hace daño aceptando
el amor que crees merecer. – las frases de los libros ayudan. Diego levanto
una ceja y su rostro fue de sorpresa.
-¿Las
ventajas de ser invisible?- preguntó.
- Si, mi libro favorito.- sonreí.
- Uno de los míos también- Me devolvió una
sonrisa.- Quiero pedirte disculpas por cómo te he tratado este tiempo. Isabella
realmente es capaz de lavar el cerebro de las personas.
- Pensé que nunca ibas a reaccionar.- Encendí
la radio para amenizar nuestra conversación.- Hasta me caías mal. –Me reía para
disimular que todo lo que decía era verdad. Él también rio conmigo. – Ten
cuidado de Isabella, más aun que estas con ella en la oficina.
- No entiendo como fui tan ciego- Se llevó las
manos a la cabeza y tocaba su pelo.
- Yo tampoco. Si quieres, puedes almorzar con
nosotros.
- Lo pensaré.
Seguimos
hablando de gustos parecidos. Diego era un buen amante de los libros como yo.
Quedamos en intercambiar algunos. La barrera que tenía contra él de a poco iba
bajando. Quizás era tiempo de tener un amigo gay con el cual poder hablar “sin
detalles las cosas” ya que con Leandro me sentía un poco censurado. Unos
minutos después diego se retiró a su puesto de trabajo.
Me
sentía solo en la oficina. ¿Es normal extrañar a Valentín si la última vez que
lo vi fue en la mañana? Yo tenía clara mi respuesta, lo necesitaba aquí.
Valentín estaba entrando en mi vida y espero que para quedarse por un largo
tiempo. Esta “relación” me tenía en las nubes.
Sin embargo, mi inseguridad me hace
bajar automáticamente. ¿Y si no hago lo suficiente para que esto avance? ¿Qué
tal si se fija en otra persona por que se aburre de cómo soy? Valentín ya es un hombre de mundo y yo un
simple estudiante y practicante. Fácilmente podría dejarme. Esta es la primera
vez que tengo una relación seria… me cuesta decirlo “relación seria”. Lo máximo
que había conseguido era conocer gente por internet, conversar y luego
juntarnos, pero todo quedaba ahí cuando les menciona que no buscaba sexo.
Recuerdos y más recuerdos se vinieron a mi mente.
El sonido del teléfono me hizo aterrizar, en
el visor se leía “recepción”.
- ¿Hasta qué hora te espero?- Leandro se
escuchaba molesto. Mire la hora en el reloj, faltaban quince minutos para las
dos de la tarde.
- ¡Voy! Te paso a buscar en unos segundos.
Habíamos
quedado en comer a las una y media. Me había quedado pegado en mis pensamientos
que el tiempo paso rápidamente sin darme cuenta. Revise por si había algún
correo de Valentín y nada. Corrí hasta el ascensor rezando para no bajar solo. Mis plegarias fueron
escuchadas. Varias personas se subieron conmigo. Leandro estaba en la recepción
y apenas me vio señalo su reloj imaginario en su muñeca para recalcarme que
estaba atrasado.
- ¿Qué estabas haciendo?- pregunto mientras íbamos
al comedor
- Terminaba unos documentos y el tiempo se me
fue rápido. Oye, espérame- Me detuve frente a la oficina de Anita. Diego estaba
solo-¿Vamos?
- Si, espérame.- Camino hacía el escritorio de
Anita y le dejo un papel con un mensaje. No alcanzaba a ver que decía, pero me
imagino que le contaba que se iba a comer. Salimos y nos encontraos con la cara
rada de Leandro.
- Diego nos va a acompañar a almorzar.
- ¡Genial!- dijo Leandro mientras le revolvía
el pelo a Diego-¡Hey! Eso tiene que hacerlo solo conmigo. Ese gesto me hizo
sentir celos. Era una estupidez ya que Leandro era cariñoso con todo el mundo.
Almorzamos
Pastel de papas los tres. Estaba exquisito. No podía quejarme de como
preparaban los platos, sobre todo los postres. Siempre eran en un gran nivel
culinario.
Diego
era un joven bastante agradable y con varias anécdotas graciosas.
Definitivamente mis prejuicios contra él se habían acabado. Lo que no me cabía
en la cabeza era como Isabella no se dio cuenta de su sexualidad. Habías bastantes
gestos que lo delataban. Bueno ella siempre estuvo centrada en sus objetivos, y
con tal de lograrlos no se fijaba en la gente a su alrededor, por lo mismo
ahora está sola. Si yo fuera ella, me iría de este lugar.
- ¿Puedo comer siempre con ustedes?- pregunto
Diego un tanto tímido.
- ¡Cuando quieras!- respondió rápidamente
Leandro- Como dicen en el chavo del ocho No
te juntes con esa chusma de Isabella. Leandro imito la voz del quico.
Reímos a carcajadas.
- Oye Daslav- dijo entre risas Diego y lo mire
secándome las lágrimas. Leandro siempre salía con esos chistes- ¿Sabías que el
cumpleaños del señor Henríquez es la próxima semana?- ¿¡Qué!? Todo gesto
simpático se esfumo de mi rostro. ¿Por qué Valentín no lo había mencionado?
- ¿Qué día?- pregunté ansioso.
- El 27 de Junio. Por norma del Hotel, el día
que es tu cumpleaños no trabajas. Automáticamente es un día libre.- Había oído
de eso en ostros lugares, pero nunca me lo imagine aquí.- Me imagine que no lo
sabías, por eso quise contarte. Él siempre ha sido muy reservado para esos
días. No le gustan los gestos afectivos en ese día.- ¿Por qué será?
- Muchas gracias por la información Diego. –
Debía tomar cartas en el asunto desde ya. Porque soy su “pololo” y eso es lo
que hacen para estas fechas ¿o no?
- ¡Alejandra!- Gritó Leandro.
- Me di vuelta y ahí venía ella. – No le
pregunté en todo el almuerzo a Leandro como le había ido en su cita, pero ya no
podía hacerlo.
- ¿Cómo están?- dijo ella. Llevaba puesto unos
pantalones ajustados negros y una chaqueta roja. Se veía hermosa. Leandro la
observaba enamorado.
- Bien- respondimos al unísono Diego y yo.
- Bien preciosa- Leandro se levantó y la rodeo
por la cintura mientras le daba un gran
beso en la mejilla. Ella rio nerviosa por aquel gesto, pero no se alejó. Hacían
bonita pareja. Me gustaba lo diferentes que eran, pero no les importaba lo que
los demás dijeran. Se veían felices. Disfrutaban el momento.
- Daslav- su mirada se fijó en mi.- Valentín
está en su oficina, me pidió que te dijera que había llegado.
- Gracias.
Dimos
por terminado el almuerzo. Diego no paro de agradecer mi buena disposición a
disculpar los malos momentos que tuvimos en el pasado. Era un buen joven. Volví
a mi puesto de trabajo, pero Valentín no estaba. Fui al baño a cepillarme los
dientes y a mi regreso lo encontré en su escritorio.
- ¡Hola Valentín!- dije. Mientras me acercaba a
él.
- Hola cariño- Me beso.
- ¿Qué le paso a tu teléfono?- pregunte y me
devolvió una sonrisa.
- Se cayó al agua y automáticamente murió.- Me
dio risa
- Ahora es cómico, pero en su momento no lo
fue.
- ¿Qué harás?
- Fernando me comprará uno- Levanté una ceja le
pidió ¿A su hermano?
- ¿Por qué esa cara? Estoy tratando de llevarme
mejor con él.
- Pidiéndole favores- le sonreí.
- Él se ofreció cuando me vio desesperado esta
mañana. Lo encontré un lindo gesto de su parte.
- ¡Muy bien! Fernando me cae genial.
- Lo
noté aquella noche en mi casa.
- Tú no fumas y el sí. Compartimos algo en
común.- ¿Valentín celoso? Se levantó y me rodeo con sus brazos.
- Tu y yo compartimos otros cosas más
importantes que el cigarro.- Toco mi trasero y di un salto de sorpresa.
- ¡Valentín! puede llegar alguien- dije
nervioso.
- No me importa.- Beso mi cuello lentamente y
su barba hacía cosquillas, ese era mi punto débil. Encendía mi cuerpo
automáticamente.
- ¿Qué planes tienes para esta noche?- me
preguntó. Yo soltaba pequeños gemidos de excitación.
- Na… nada- ¿Desde cuándo tartamudeo?
- ¿Quieres ir a ver una película o ir a comer
algo?-
- Me encantaría- En estos momentos estaría en
una cama con él.
- Genial.- podía sentir su erección junto a la
mía.- Ah por cierto. Anita me aviso que está el profesor que viene a evaluar tu
desempeño y el de Isabella. Vienen hacía acá.
- ¿Qué?- Me separe un poco de él.
- Tranquilo te ira bien. – Golpearon la puerta.
¡Qué manera de interrumpir el momento!
Esto
era lo que menos me esperaba. Hoy iban a evaluar mi desempeño. ¿Qué profesor
sería? Mis nervios aumentaron demasiado. ¿Tendrá que estar Valentín presente?
Que pregunta más tonta, si ya están aquí era obvio. Camine para abrir la puerta
y ahí estaban Anita, Isabella, el profesor Stevenson y Daniel el pololo de mi
amiga Hellen y quien era encargado del área de las prácticas en la universidad.
Derek
Stevenson, era uno de los profesores más jóvenes que tenía mi centro de
estudios, pero se caracterizaba por ser sumamente estricto y bastante enojón.
Como buen anfitrión, Valentín los hizo pasar a su sala de reuniones. Valentín
se sentó en la cabecera de la mesa, a su lado derecho estaban el profesor
Stevenson, Daniel e Isabella; a su izquierda Anita y yo. ¿Desde cuándo sabían
que esto iba a pasar? Isabella intercambio una mirada conmigo, pude notar que también
estaba nerviosa y asustada, luego hizo un desprecio. Por un leve segundo vi
algo de sensibilidad en ella. ¿Por qué Hellen no me conto? Bueno hemos estado
alejados por tiempo. Con ella no hablamos desde que fue mi primer día al Hotel
y me trajo con Daniel, tal vez él no le dijo nada. ¿Habrán ya evaluado a todos
los demás compañeros? ¿Cómo le habrá ido a Javiera? Mi cabeza estaba a mil,
muchas preguntas se venían a mi mente y parece que Valentín lo noto porque me
lanzo una mirada que decía “tranquilízate” y de pronto vi que todos me estaban
mirando. Observe mis manos y tenía un papel
cortado en varios pedazos.
- Disculpen- dije entrelazando mis dedos.
- Isabella Rosasco y Daslav Evans.- Hemos
venido a evaluar su desempeño en las actividades encomendadas por sus tutores-
dijo Daniel- Les haremos algunas preguntas y luego les entregaremos esta
documentación que llenar.
- Lo más importante es que esta experiencia les
haya servido para colocar en práctica lo que han aprendido y para que vean que
el mundo laboral no es un juego- añadió el profesor Stevenson.- Algunas personas si lo tomaron como un juego o mejor dicho una
batalla.
- Anita- Daniel se dirigió a ella. Anita estaba
seria y nerviosa.- Según la pauta que entregamos al principio- ¿Pauta? No tenía
idea de eso. Era consciente de que nos iban a evaluar pero de que ya lo
estuvieran haciendo, no.- ¿Las actividades encomendadas a los alumnos fueron
desarrolladas a cabalidad y entregadas en el momento preciso?
- Claro. Ellos demostraron gran habilidad con
el idioma. Como en muchos lugares siempre hay errores, pero estos fueron los
mínimos. Estoy satisfecha con el trabajo de ambos- Anita no miro a la cara a
Daniel, y eso que estaban frente a frente.
- Señor Henríquez: la misma pregunta para
usted.
- Debo decir que trabajar con Daslav ha sido un
placer- me sonroje y de reojo observe a Isabella que me devolvió su mirada de
odio. De esto no va a salir nada bueno.- Su disposición a desarrollar sus
actividades es asombrosa, además de la proactividad. En este periodo ha realizado
algunas otras tareas que no le correspondían, pero lo ha logrado.
- ¿Y de la señorita Rosasco?- preguntó Daniel
- La señorita Rosasco es una buena trabajadora,
pero ella debe empezar a manejar de otra forma su carácter- la expresión de Isabella
demostraba ira ¡Insisto, esto no va a terminar bien!- El trato hacia las
personas es algo muy importante, más aun a nuestros pares. Anita puede decir un
poco más de ella- Anita levanto su mirada hacia Valentín.- Ella trabajo todo
este tiempo con ella.
- Exacto. Isabella, tus tratos hacía los demás
han sido muy groseros en ocasiones.- ¿En ocasiones? Ella estuvo atacándome
desde el principio, solo que nadie la vio. Estaba de más que hablará o dijera
algo. Isabella estaba siendo desenmascarada.
- ¿Es todo esto verdad?- preguntó Daniel. El
profesor estaba perplejo con todo lo que decían.
- Si bien he tenido algunos mal entendidos con
otras personas.- Su seriedad asustaba. Espero no diga algo estúpido.- Mi
labores las he cumplido correctamente.
- Señor Evans ¿Algo que decir?-
- Quiero agradecer a todos por la oportunidad
de estar aquí.
- ¿Eso no más dirás Daslav?- Isabella me
interrumpió. Había aguantado mucho tiempo callada.
- Si, solo eso diré.
- Pensé que les ibas a contar que encontraste
el amor aquí y nada menos que en Valentín.-Las miradas iban de Valentín a mí en
cuestión de segundos por parte de Daniel y el profesor.
- Señorita Rosasco, esa información no le
incumbe. – Dijo Valentín.
- Daslav ha tenido bastantes privilegios
trabajando aquí.- Ella estaba buscando que yo explotara, que dijera algo
ofensivo y que quedará mal frente a todos. Aunque si hubiese sido mujer, me
levantaría ahora mismo y le daría una bofetada que le diera vuelta su cara.
- Daslav ¿Eso es cierto? ¿Tiene alguna relación
con el señor Henríquez?- Mi rostro estaba rojo de ir y de vergüenza. Nuevamente
todos fijaron su vista en mí. Rápidamente voltee hasta Valentín.
- Sí. Tenemos algo. Si a alguno de ustedes le
molesta, puede retirarse en este momento- Sostuve su mirada sin girarme hacia
los demás. Todos permanecían callados.
- ¡A mí me molesta!- Isabella rompió el
silencio.- Desde el momento que llego Daslav tuvo mejores reconocimientos.
- ¿Quieres que diga lo que me dijiste el primer
día que estuvimos aquí?- dije. Su mirada se clavó en mí. Las palabras que dijo para “amenazarme” daban vueltas en mi cabeza.
- Con todo respeto – interrumpió Anita - Estamos
aquí para evaluar el desempeño laboral de los dos. Las relaciones personales
quedan afuera. Lo único que se mencionó fue el hecho- se enfocó en Isabella-
que debías cambiar tu forma de ser.
- Concuerdo con lo que dice Anita. Estudiantes
necesito que salgan un momento de la oficina. Es tiempo de que los califiquen.-
Estar a solas con Isabella a fuera ¡Dios dame paciencia!
Salimos
de la oficina, pero antes tome mis audífonos. Me los coloque, necesitaba
aislarme de ella. No quería verla ni menos escuchar sus estupideces. Se alejó
de mí. Vi que sacó su teléfono y se fue a otro pasillo a hablar.
Pasaron
unos diez minutos y el profesor
Stevenson salió a buscarnos. Seguían sentados en los mismos puestos. Ahora me
entraron ganas de fumar un cigarro. Lo necesitaba.
- Sus evaluaciones han salido bastante buenas.-
Mis nervios estaban a full aun sabiendo que había hecho todo bien y que los
comentarios anteriores eran buenos.- Daslav, tu nota es de un 6.5. Isabella la
tuya es un 6.0
- ¿Un 6.0? Yo merezco algo mejor. ¡Cuando
Daslav estuvo con licencia yo hice todo su trabajo y me dan un 6.0! ¡Es
injusto! ¡Una persona como él no puede ser mejor que yo!- Isabella alzo la voz.
Esa fue la gota que derramo el vaso. Mi límite psicológico había alcanzado su
máximo nivel. Me he destacado por mi paciencia, per esta ya se había agotado.
- Si quiere cámbiele mi nota.- Sé que me voy a
arrepentir de esto, pero por un lado estaba mi salud psicológica.- Isabella tu
ganas. Traté de sobrellevar esto en paz, pero ya no puedo. Me coloque de pie y
los mire a todos.- Renuncio.
- ¿Qué?- dijo Valentín.
- ¿Estás seguro?- Dijo inmediatamente Daniel.
Anita y Valentín estaban impactados con mis palabras.
- Si lo estoy. Bueno ya tengo mi nota, y si me
la quieren bajar por retirarme antes, créanme que los entiendo. No soy un
cobarde, pero no pienso seguir aguantando malos tratos por parte de ella-
señale con mi dedo a Isabella. Ella estaba en silencio. Podía verla sentirse
victoriosa. La guerra la había ganado. Yo era el perdedor, más bien me rendía
contra la mujer que había jugado sucio desde el principio. – Ha sido un placer
trabajar y conocer las grandes personas que son ustedes. Ahora me retiro.
Camine hasta mi escritorio para recoger mis cosas.
Ya
lo había pensado varias veces, pero no quería sentirme cobarde arrancando. Ya
no podía seguir lidiando con ella.
Valentín salió tras de mi alcanzándome en la entrada de su oficina.
- Dime que todo esto no es verdad- dijo
sujetándome del brazo.
- Valentín. En serio, no puedo seguir aquí si ella
está también- moví mi brazo para soltarme de él.
- ¿Puedes volver adentro ahora?- su expresión
era seria.
- He dicho que no. No puedes obligarme a
hacerlo. Ya tome mi decisión.
- Entra tú. Te están esperando para que
termines este proceso. Hablamos cuando tengas tu teléfono nuevo- Me di vuelta
rumbo al ascensor.
Llegue temprano a mi casa y fui directo a la cama. Me tire sobre ella y
me quede mirando el techo por un largo rato. Trabajar en aquel lugar fue una de
las mejores experiencias que pude tener este año. Rescato a las personas que
conocí. Sobre todo a Leandro y Valentín. A pesar de todo lo que paso con León,
fue genial saber que existía. Ahora debía enfocarme netamente en los estudios.
A Isabella la iba a ver de todos modos en clases, pero de verla seis días a la
semana a solo uno, era mejor. El sonido de mi teléfono disipo mis pensamientos.
Leandro:
¿Cómo es eso de que renunciaste? ¡Y me entero
de todo esto por el correo de las brujas!
Daslav:
Sí. Renuncie. Luego te cuento todo ¿Ya?
Debí
haberle dicho antes de irme. A veces hago cosas sin pensar.
Me
quede esperando hasta tarde por si Valentín me llamaba, pero no lo hizo.
¿Seguirá enojado por retirarme de esa manera? Bueno espero entienda de una vez
por todas que no puede controlar mis acciones. Soy una persona con la capacidad
de decidir qué hacer, aunque a veces no sean las mejores elecciones, pero soy
libre de hacerlo. ¿Y si voy a verlo a su
casa?
Veinte
minutos después caminaba rumbo a la casa de Valentín. La noche estaba helada.
El aire frio traspasaba mi abrigo. Encendí un cigarro. Muchos dicen que ayuda
para abrigarse, pero este no era el caso.
La
entrada de la casa de Valentín estaba abierta. En el jardín estaba la moto de
Fernando. Me acerque para golpear la puerta pero me detuve al escuchar gritos
en el interior.
- ¡Ya te dije que no alcance a comprar el puto
celular!- era la voz de Fernando. Estaba alterado
- No se te ocurrió llamarme a la oficina.
Hubiese podido enviar a otra persona- ¿Valentín enojado? Hay cosas que sorprenden.-
¿Qué hiciste todo el día? Apuesto a que nada.
- Lo que haga o no es un tema que no te
incumbe.
- ¡Estas en mi casa! Y el único favor que te
pido y no lo puedes hacer.- ¿Estará mal escuchar esta conversación?
- ¡Si quieres mañana te compro 20 celulares!
- ¡De que me sirven 20 mañana si necesitaba
solo uno hoy!
- Deberías haber ido tu entonces- Fernando era
el más alterado de los dos hermanos Henríquez. ¡Espero que no lleguen a los
golpes! ¿Toco la puerta?
- ¡Eso me paso por confiar una vez más en ti!
- Ya me tienes chato con el tema, me voy- Mi cuerpo se congelo y no tuve tiempo de
hacerlo reaccionar. Todo pasó en cuestión de segundos. La puerta se abrió y la
cara enrabiada de Fernando se quedó fija mirándome. De reojo vi a Valentín que
me observaba desde atrás-
- Espero que no te grite… bueno imagino que
escuchaste bastante.- Se puso su casco que llevaba en las manos.- Que estés
bien Daslav.
- Igual tú- Corrió hasta su moto.
- ¿Cuánto tiempo llevas escuchando nuestra
conversación?- Valentín aun llevaba su terno negro.
- ¿Conversación le llamas a esos gritos?-
Intente hacerlo sonreír, pero no lo logre. El rugido de la moto se alejó.
Fernando se había ido.
- Estoy molesto contigo por lo que hiciste hoy-
puse los ojos en blanco.
- ¿Si? ¿Por eso te desquitas ton tu hermano?
- No me he desquitado con él. Es un flojo de
mierda. No sé porque regreso de Barcelona.
- ¿Has pensado que para él también debe ser difícil
estar acá?
- ¿Difícil? Te he dicho que no hace nada.
- Tienes razón, pero debes darle tiempo. Si lo
sigues tratando así lo único que conseguirás será alejarlo y perderlo. ¿Quieres
perder a otro hermano?- No debí decir eso. Su expresión se volvió aún más
seria.
- En cuanto a las relaciones que llevo con mis
hermanos no debes meterte. Pasando a otro tema ¿Por qué no me contaste todo lo
que te hizo Isabella?
- Por qué no quería que salieras corriendo a
defenderme. A veces me haces sentir que soy como una damisela en peligro y que
te necesito constantemente rescatándome de todo.
- Tú eres el que se está exponiendo siempre a
estas situaciones- Su actitud me estaba colapsando.
- Bueno, veo que contigo hoy no se puede
hablar. –Mire la hora en mi teléfono- Ya sé que estas bien. Ahora me voy…
- No dejare que te yayas a tu casa a estas
horas. Pasa.- Hizo un gesto con la mano para que entrara.
- No Valentín, no quiero. Me voy a casa. Me
hablas cuando se te haya pasado el enojo.- Me di media vuelta.
- ¡Deja de ser tan pendejo!- ¿Me llamo pendejo?
Me gire hacia él. Fue un error haber venido.
- ¿Has visto como es tu reacción? Analízate y
dime quien es el pendejo en todo esto.
- Lo siento. Me pase de la raya- Ahora el
enojado era yo. Quien se cree para tratarme así.
- Mínimo déjame que te lleve a casa. – Saco las
llaves de su bolsillo.
- He dicho que no. En serio ya no tengo ánimos
para todo este teatro Valentín, al menos no por hoy.
- No pienso dejar que te vayas a estas horas
solo.- Cerro la puerta y se paró frente a mí.
- No me va a pasar nada- dije mientras caminaba
hacia la calle.
- Siempre dices eso y al final debo ir a rescatarte.
- Esta vez no. Cuídate.- Salí rápidamente sin
decir más.
Metí
mis manos a los bolsillos encendí la música del celular y me coloque mis
audífonos. La música de James Blunt
era mi compañía. La soledad de las calles y el frío de la noche eran una mezcla
de sensaciones que ayudaban a calmar mis
emociones, junto con la canción You´re
beautifil hacían un perfecto regreso a casa después de la “discusión con
Valentín”.
Para
sorpresa mía, al entrar en casa, encontré a Leandro sentado en mi sofá solo.
- ¿Cómo se supone que entraste?- pregunté confundido
por la situación.
- Como
dices tú; Punto uno: hola. Punto: por la puerta y Punto tres: Tu madre me dejo
entrar.- En ese momento apareció de la cocina con un pocillo lleno de papas
fritas y un vaso de bebida.
- Tome- se los paso a Leandro.
- Gracias, es usted muy amable- Mi amigo se
había ganado a mi madre como lo había hecho con todo la gente, incluido yo.
- Hijo, me voy a acostar. Estoy cansada y
mañana debo viajar temprano.
- ¿A dónde va?- levante una ceja.
- ¿Ya lo olvidaste? Si te lo conté la semana
pasada. Viajamos a Copiapó por un evento de la sociedad de artesanos de esa
ciudad.
- Ahhh verdad. ¿Tiene todo listo?- le pregunte.
- Si, no te preocupes. Deje comida lista por si
quieres.-No tenía hambre.
- Muy bien. Vaya a dormir no mas.- Se despidió
de mi con un beso y le dio otro a Leandro.
- Buenas noches, que descansen- dijo ella.
- Igual usted Leandrito. No se vaya tan tarde,
pero si quiere puede quedarse acá.- Camino por el pasillo- Bueno ustedes ahí
ven. Buenas noches.
- Hey mira lo que traje- Abrió unas bolsas y
ahí estaban varias latas de cerveza.- No era malo, mañana no trabajo. Pero…
- ¿Trabajas mañana?- le pregunté-
- Créeme no estaría aquí. No soy tan
irresponsable.-tiene razón- Tengo libre.
- ¿Y no piensas salir con Alejandra?
- Necesito respuestas de tu parte.- Me lo
imagine- pero eso va luego. Tengo una sorpresa para ti.- Leandro se levantó y
detrás de un sillón sacó un skate.- ¡FELIZ FELIZ NO CUMPLEAÑOS!
- ¿Es la que me dijiste?
- No, esa estaba mala. Esta nueva esperando tus
porrazos- se rio despacio para no incomodar.
- Ahora
podré practicar bastante. No tenías para que molestarte- Odiaba que la
gente me regalara cosas.
- Es lo menos que puedo hacer por ti.- Me
revolvió el pelo.- Practicaremos dentro de la semana.
- Perfecto. Gracias.- Me pare del sillón-
¿Vamos a mi habitación? No quiero despertar a mi madre.
- Dale.
Subimos
a la habitación. Llevamos las cervezas y algunas cosas para picar.
Puse un poco de música para ambientar a un
volumen respetable. Odiaría que mi madre no durmiera bien por mi culpa. Lo
bueno que si habitación estaba abajo. Leandro encontró mi juego de cartas UNO,
así que jugamos varias partidas. Las cervezas iban de a poco bajando. Nos
reíamos. Leandro me hizo, como siempre, sentirme mejor. Era el escape de mi
realidad y me hacía sentir bien.
- Dime la verdad ¿Por qué renunciaste?-
Pregunto. Ya estábamos algo ebrios.
- Isabella ya me tenía chato con sus
comentarios. Y por salud mental, era tiempo de emprender mi vuelo del Hotel.
- ¿Solo por eso?
- Sí- Sé que debo contarle lo de Valentín y yo,
pero creo que no es el momento.
- Bueno te apoyo en tu decisión.- Me dio unas
palmadas en el hombro.- Oye estoy bastante ebrio. ¿Puedo quedarme?
- No dejaría que salieras así ni a la esquina.
– Cerré mis ojos y sonreí. Oye, pero tienes dos opciones. La primera es dormir
abajo en el sofá. O compartir mi cama, porque
no tenemos más. La otra habitación mi madre la ocupa para su trabajo.
- No quiero pasar frio, así que me quedo aquí.-
¿Me prestas una polera?
- Si- busque una en el cajón y se la tire.
Saque un pijama. Leandro se sacó su ropa y la arrojo en una de las sillas que
tenía en mi habitación. De reojo alcance a ver un manchón negro en su hombro.
- ¿Qué tienes ahí?- Me acerque a él.
- Un tatuaje- ¡Todos tienen tatuajes! Era una
brújula donde señalaba los puntos cardinales
- Este bonito. ¿Hace cuánto que lo tienes?
- Me lo hice a los 20. Ya tiene seis años.
- ¡Groso!- Me levanté para salir de la
habitación para ir al baño.
Me
cambie el pijama y cepille mis dientes. A mi regreso Leandro ya estaba acostado
y quedándose dormido.
- ¿Te puedes correr un poco? Estas ocupando
toda la cama.- me reí. Leandro se acomodó al rincón y me acosté a su lado. Era
raro estar aquí con él.
- Buenas noches Leandro.
- Buenas noches Das- apague la lámpara y cerré
los ojos.
La respiración de Leandro no me
dejaba dormir. Intente contar ovejas, pero me fue imposible. Después de un rato
me di por vencido. Y solo debía esperar que el sueño llegue solo.
- ¿Daslav? ¿Te puedo hacer una pregunta?-
susurro Leandro.
- Dime- imite su susurro.
- ¿Alguna vez te has pasado algún rollo
conmigo?
Estimados Lectores:
ResponderEliminarVuelvo a pedir disculpas por mi retraso, como dijes antes. He tenido varias cosas que hacer y el poco tiempo se tiene que priorizar.
Gracias a todos los que se armaron de paciencia para esperar este capítulo sin entrar en la desesperación.
Gracias.
Daslav
Si te metes con Leandro te dejo de leer!!
ResponderEliminarSaludos, otro fiel lector.
E
Me sumo al comentario de arriba, con Leandro no!
ResponderEliminarLeandron te toca yo voy y lo moñeo,, yo protejo lo mio bb :33
ResponderEliminarque? Leandro preguntando eso? a veeeerrr. jajajajaja
ResponderEliminarPura amistad o no?
Bueno el capítulo.. me encantó.. espero ansioso el otro capítulo.
Un beso grande..
Pablo.
Wahahahah me robaste la frase de damisela en peligro jejeje
ResponderEliminarOjalá Das tenga una ligera aventura heterocuriosa con Leandro, aunque él es mío y de nadie más
Saludos
Me lo has dicho muchas veces, como no iba a colocar tu frase en mis escritos.
EliminarSon muchos los que se pelean a Leandro.
Saludos para ti.
Daslav
Ay que honrado me siento jejeje
EliminarA ver si das deja de ser damiselo y sea el caballero de brillante armadura
es que si leandro se te insinúa por que esta confundido es que yo mismo lo busco por cielo mar y tierra para desviarlo del camino hetero ajaja
ResponderEliminarkuhaylan
Ps :buen capitulo ojala que el otro este pronto porque uff me desborda las ansias
Kuhaylan:
EliminarLas mil y una travesías para buscar a Leandro.
Espero poder no retrasarme con el capitulo 27.
Saludos
Naaaaaaaaaaa leandro confundido? uuuuuuuuu no puedo esperar por el capitulo 27.
ResponderEliminarOmg! Leandro? Really? Quedamos atentos para ver que te dice! =) mil gracias daslito!
ResponderEliminarTu fiel lector
Uta ojala se hallan pegado una cachita! Jauajajaja no hay como un follamigo heterocurioso xD Como siempre, un Excelente capitulo Das y no pesques a los pelotuos q critican q te demores, se entiende q tambien tienes vida. Saludos y estaremos atentos al proximo capitulo. Ademas que le levante la mano quien no se ha pasado algun rollo con el amigo cuando duermen juntos o cuando tiene algo bueno que mirar jajajaja
ResponderEliminarATTE: VALAR MORGHULIS!
Y cuando tiene algo bueno que tocar tambien! Jajaja
EliminarValar Morgulis
Levanto la mano altísimo, de hecho me pasó el sábado pasado intentando dormir después de un carrete... Con mi jefe!!! xD
EliminarSaludos de tu fiel lector!
Jajajaja
EliminarMuchas gracias por tu comentario me hiciste reir bastante.
Saludos
LEANDRO NOOOOOOOOOOO!! PUCHA DAS DEJATE UNOOOOOO!
ResponderEliminarCOMO SIEMPRE MUY BUENO EL CAPITULO :) ESTARE ATENTA AL PROXIMO!
ATTE.
C.A.Z.C.
Hoy saldrá capítulo? :D
ResponderEliminarMe sumo a la pregunta :P
EliminarSi ek rio suena es xq daslav trae uhumm. Siempre te pasan hueas heavi q te lo mete el javi emmm llevas mardicion gitana x acostarte cn el leandro y x no compartir desgraciao terrorista folla duro si papi akskskskakdj saludos cdt gilipollas :D
ResponderEliminarEstimados Lectores.
ResponderEliminarEl capítulo 27 estará disponible mañana 18 en la noche. Disculpen el atraso.
Cariños para tod@s.
Daslav
Quedamos atentos daslav
EliminarMuuuuy bueno!!!
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