martes, 22 de septiembre de 2015

CAPITULO 9


Un rayo de luz se asoma a través de la ventana, tomo el celular para ver la hora, son las 7, cierro los ojos y los abro de golpe ¡Las Siete! ¡Mierda, me quede dormido! Salto de la cama. Es mi primer día en el Hotel y ya voy atrasado. ¡Maldito teléfono! Una ducha rápida, me coloco la ropa que deje lista la noche anterior, menos mal que lo hice... Tengo exactamente una hora para llegar.

            Es miércoles, no hay mucha gente en las calles, todos están acostumbrados a salir mas tarde. Eso es bueno, tengo el camino solo para mí. Necesito correr y tomar lo que aparezca primero. En estos momentos Valentín debería aparecer. Mejor no… después de la vergüenza de ayer ¡NO! Él ya debe estar ahí, hablando con Isabella. ¡ISABELLA! Ella debe estar alardeando de que yo aún no llego, hablando  mal ante todos. Deben pensar que soy un irresponsable. ¡Necesito un milagro!

            Llego al paradero y en el momento preciso aparece Hellen, ella es una buena amiga. Su novio, Daniel que es jefe de la carrera de traducción donde estudio, va conduciendo el auto. Es un tipo mayor por unos años, es alto y muy lindo.

- ¡Daslav!, esa cara. ¿A dónde vas?- ella pregunta.
- ¡Atrasado!, Tengo que llegar al Hotel Gran Palacio en menos de 45 minutos- le dije en medio de jadeos por el cansancio.
- Te llevamos- Dice Daniel, haciendo un gesto con la cabeza para que suba al auto.
- ¡Gracias!- le digo un poco más relajado ya en el interior.
- ¿Todo Bien Daslav?- pregunto Daniel.
- Si, bueno en realidad hoy es el primer día. Así que ahí veremos que tal todo.
- Me alegro Amigo -dijo Hellen- Debes quedar trabajando ahí. Es un lugar que cuesta mucho entrar.
- Yo en los años que solicite trabajo en ese Hotel, nunca me recibieron- agrego Daniel
- Esta es una oportunidad que no voy a desperdiciar- mire el reloj faltaban solo 30 y estábamos relativamente cerca
- Supe por el correo que otra compañera también quedo ahí, Isabella ¿Cierto?- me pregunto mirándome por el espejo retrovisor.
- Si, ella también está ahí conmigo.
- De todos modos ustedes están en buenas manos con Anita- detuvo el auto en un semáforo en rojo.
- ¿Y cómo sabes eso tú?- pregunto Hellen a su novio algo celosa
- Emmmm es que fui yo quien tuvo que ir a hablar con ella para los asuntos de la coordinación para que uno de los estudiantes quedara en el Hotel, pero tengo la duda- dirigiéndose a mí a través del espejo- ¿Por qué quedaron dos si el puesto era solo para uno.- Cambio de tema rápidamente, pude notar que se colocaba algo nervioso.
- No lo sé. – No podía contarle lo de la segunda oportunidad que me dio Valentín.
- Daslav, llegamos con algunos minutos de sobra- me dijo mientras estacionaba el auto en la entrada del Hotel.
- Muchas gracias ¡Me salvaron esta vez!- baje veloz del auto.
- Cuídate y luego conversamos para ponernos al día- Hellen me dio un beso a través de la ventana.
- Vale. Nos Vemos- camine en dirección al hotel

            Al llegar, solo faltan diez minutos para las ocho, ha sido el mejor record de mi vida si no fuera por ellos. Camino en dirección a la entrada del hotel. El recepcionista me recibe con un gran saludo, le informo que es mi primer día y me entrega la credencial de trabajador. Esta me da libre acceso a las instalaciones. Apuro el paso hacia la oficina de Anita. Faltaban siete minutos para las ocho. Anita aún no ha llegado, pero en el interior este Diego y la señorita perfección que hace una risita cuando entro.

-Buenos días- Salude a ambos-
- Buen día- dijo Diego
- Daslav, pensé que no llegabas- el tono de Isabella era bastante irónico. Diego ríe. Veo que se lo ha ganado. Tal vez sus personalidades son parecidas. 
- ¿A si? ¿Por qué piensas eso?- pregunte molesto.
- Por la hora que llegas.
- Que yo sepa el horario de entrada es a las ocho y  aún faltan cinco minutos.
- Era solo un decir, ¿Por qué tan enojado?- de verdad ya me esta colapsando la actitud de esta niña, lo peor es que no puedo ser como ella.
           
Tome asiento en un rincón de la oficina y me quede en silencio, no tenía más opción que escucharlos hablar de lo emocionante que era trabajar en el Hotel y de lo bien que se llevaran los dos con Anita. ¡Qué incomodo! ¿Por qué es tan desagradable esta mujer conmigo? Prefiero que me manden a otro lugar a quedarme con Isabella.

            A los minutos llega Anita, con un vestido bastante hermoso color negro y en medio tiene una huincha color fucsia. Lo que más me sorprende… ¡Sus zapatos! ¡Cómo puede caminar con un taco tan alto!

- Hola, Buenos días- dice alegremente.
- Buenos días- respondimos Isabella y yo al mismo tiempo, nos miramos muy serios a la cara.
- ¡Esto es mejor que reality!- susurra Diego
- ¿Qué?- preguntó Anita y todos nos quedamos en silencio
- Nada - dijo Diego dándose vuelta para empezar a trabajar en su computador.
- Chicos- Mientras se instalaba  en su escritorio, dejó su cartera encima, y continuó- solo puedo tener a uno de ustedes aquí por el poco espacio- la señorita perfección ya estaba instalada en aquel lugar, así que yo era el que estaba sin puesto de trabajo- Tengo que hablar con el señor Henríquez… - alguien golpeó la puerta. Hablando del rey de roma era Valentín, se veía tan guapo con su traje negro y su camisa celeste.
- Buenos días- nos dijo el
- Buenos días- respondimos Anita, Diego y yo como niños de colegio ante el profesor.
- Buenos días señor Henríquez- respondió Isabella después que todos, con un tono seductor. Yo la mire, ella no despegaba sus ojos de él. No puedo creer que sienta celos de ella. ¿Tantas ganas tiene de trabajar aquí, que es capaz de insinuarse ante el jefe? La sangre me hervía.
- Anita. Vine a primera hora para ver lo del lugar de trabajo, por la llamada que me hizo ayer. Dos practicantes y un solo escritorio- por eso lo llamaban cuando  estábamos en el restorán. ¡Mi episodio vergonzoso! que chistoso. Solté una pequeña risa al recordar mi caída. Isabella y Valentín me miraron.
- ¿Cómo lo podemos hacer?- le dijo Anita a jefe.
- Yo no tengo ningún problema en establecerme en el lugar que usted me diga- se acercó Isabella más a Valentín. Sus cuerpos quedaron a pocos centímetros de distancia ¡Está decidida a dejarme fuera de cualquier modo!
- ¿Y usted joven, esta dispuesto a trabajar en otro lugar que no sea aquí?- su pregunta me tomo por sorpresa, él clavo su mirada en mi. Sin embargo Isabella me miraba con odio. Su ameniza se vino a mi mente en ese momento.
- ¡Por supuesto! Si ustedes es por la comodidad de todos, puedo establecerme en otro lugar. Mis manos comenzaban a sudar.
- ¡Estupendo! Joven Daslav, acompáñeme, lo llevo a su escritorio- ¿Qué? ¿Yo? Tome mis cosas camine por la oficina para seguir a Valentín,  no pude evitar observar  la cara de Isabella, tenía su boca abierta. El mismo Gerente del Hotel me llevaría a mi escritorio, sentí la envidia, sentí el odio. En mi interior me sentía feliz, me sentía Victorioso. Daslav 1 – Isabella 0

8 comentarios:

  1. Me da risa la Isabella xD, tipica mina que se hace la simpática pero es mas doble estándar.
    Muy bueno el relato pero me quede con ganas de más !... Será que te dejo instalado cerca de su propio escritorio :O? jaja, en noviembre iré a Santiasco al concierto de Morrissey, asi que aprovecharé de pasar por el Hotel jaja, un abrazo.

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    1. Hola
      Que groso tu comentario, gracias por seguir la historia. Tus dudas pronto serán respondidas. Así que ¡ATENTO!

      Ps. !Me encanta Morrissey!

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  2. Muy bueno el relato...ya me hice fans de esta historia!! Espero con ansias la continuación

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  3. me encanto la historia y quiero más!!!

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    1. Gracias!
      Tranquilidad, ya se vienen mas capítulos. :)

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  4. Soy Luis..hoy hablamos...excelente historia. Nunca falta una Isabella en el trabajo...

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    1. ¡Luis!
      Gracias por darte el tiempo de leer.

      Isabellas hay por todos lados

      Saludos

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