Un rayo de luz se asoma a través de
la ventana, tomo el celular para ver la hora, son las 7, cierro los ojos y los
abro de golpe ¡Las Siete! ¡Mierda, me quede dormido! Salto de la cama. Es mi
primer día en el Hotel y ya voy atrasado. ¡Maldito teléfono! Una ducha rápida,
me coloco la ropa que deje lista la noche anterior, menos mal que lo hice...
Tengo exactamente una hora para llegar.
Es
miércoles, no hay mucha gente en las calles, todos están acostumbrados a salir
mas tarde. Eso es bueno, tengo el camino solo para mí. Necesito correr y tomar
lo que aparezca primero. En estos momentos Valentín debería aparecer. Mejor no…
después de la vergüenza de ayer ¡NO! Él ya debe estar ahí, hablando con Isabella.
¡ISABELLA! Ella debe estar alardeando de que yo aún no llego, hablando mal ante todos. Deben pensar que soy un
irresponsable. ¡Necesito un milagro!
Llego
al paradero y en el momento preciso aparece Hellen, ella es una buena amiga. Su
novio, Daniel que es jefe de la carrera de traducción donde estudio, va
conduciendo el auto. Es un tipo mayor por unos años, es alto y muy lindo.
- ¡Daslav!, esa cara. ¿A dónde vas?- ella
pregunta.
- ¡Atrasado!, Tengo que llegar al Hotel Gran
Palacio en menos de 45 minutos- le dije en medio de jadeos por el cansancio.
- Te llevamos- Dice Daniel, haciendo un gesto
con la cabeza para que suba al auto.
- ¡Gracias!- le digo un poco más relajado ya en
el interior.
- ¿Todo Bien Daslav?- pregunto Daniel.
- Si, bueno en realidad hoy es el primer día.
Así que ahí veremos que tal todo.
- Me alegro Amigo -dijo Hellen- Debes quedar
trabajando ahí. Es un lugar que cuesta mucho entrar.
- Yo en los años que solicite trabajo en ese
Hotel, nunca me recibieron- agrego Daniel
- Esta es una oportunidad que no voy a desperdiciar-
mire el reloj faltaban solo 30 y estábamos relativamente cerca
- Supe por el correo que otra compañera también
quedo ahí, Isabella ¿Cierto?- me pregunto mirándome por el espejo retrovisor.
- Si, ella también está ahí conmigo.
- De todos modos ustedes están en buenas manos
con Anita- detuvo el auto en un semáforo en rojo.
- ¿Y cómo sabes eso tú?- pregunto Hellen a su
novio algo celosa
- Emmmm es que fui yo quien tuvo que ir a
hablar con ella para los asuntos de la coordinación para que uno de los estudiantes
quedara en el Hotel, pero tengo la duda- dirigiéndose a mí a través del espejo-
¿Por qué quedaron dos si el puesto era solo para uno.- Cambio de tema
rápidamente, pude notar que se colocaba algo nervioso.
- No lo sé. – No podía contarle lo de la segunda
oportunidad que me dio Valentín.
- Daslav, llegamos con algunos minutos de
sobra- me dijo mientras estacionaba el auto en la entrada del Hotel.
- Muchas gracias ¡Me salvaron esta vez!- baje
veloz del auto.
- Cuídate y luego conversamos para ponernos al
día- Hellen me dio un beso a través de la ventana.
- Vale. Nos Vemos- camine en dirección al hotel
Al
llegar, solo faltan diez minutos para las ocho, ha sido el mejor record de mi
vida si no fuera por ellos. Camino en dirección a la entrada del hotel. El
recepcionista me recibe con un gran saludo, le informo que es mi primer día y
me entrega la credencial de trabajador. Esta me da libre acceso a las
instalaciones. Apuro el paso hacia la oficina de Anita. Faltaban siete minutos
para las ocho. Anita aún no ha llegado, pero en el interior este Diego y la
señorita perfección que hace una risita cuando entro.
-Buenos días- Salude a ambos-
- Buen día- dijo Diego
- Daslav, pensé que no llegabas- el tono de
Isabella era bastante irónico. Diego ríe. Veo que se lo ha ganado. Tal vez sus
personalidades son parecidas.
- ¿A si? ¿Por qué piensas eso?- pregunte
molesto.
- Por la hora que llegas.
- Que yo sepa el horario de entrada es a las
ocho y aún faltan cinco minutos.
- Era solo un decir, ¿Por qué tan enojado?- de
verdad ya me esta colapsando la actitud de esta niña, lo peor es que no puedo
ser como ella.
Tome asiento en un rincón de la
oficina y me quede en silencio, no tenía más opción que escucharlos hablar de
lo emocionante que era trabajar en el Hotel y de lo bien que se llevaran los
dos con Anita. ¡Qué incomodo! ¿Por qué es tan desagradable esta mujer conmigo?
Prefiero que me manden a otro lugar a quedarme con Isabella.
A
los minutos llega Anita, con un vestido bastante hermoso color negro y en medio
tiene una huincha color fucsia. Lo que más me sorprende… ¡Sus zapatos! ¡Cómo
puede caminar con un taco tan alto!
- Hola, Buenos días- dice alegremente.
- Buenos días- respondimos Isabella y yo al
mismo tiempo, nos miramos muy serios a la cara.
- ¡Esto es mejor que reality!- susurra Diego
- ¿Qué?- preguntó Anita y todos nos quedamos en
silencio
- Nada - dijo Diego dándose vuelta para empezar
a trabajar en su computador.
- Chicos- Mientras se instalaba en su escritorio, dejó su cartera encima, y
continuó- solo puedo tener a uno de ustedes aquí por el poco espacio- la
señorita perfección ya estaba instalada en aquel lugar, así que yo era el que
estaba sin puesto de trabajo- Tengo que hablar con el señor Henríquez… -
alguien golpeó la puerta. Hablando del rey de roma era Valentín, se veía tan
guapo con su traje negro y su camisa celeste.
- Buenos días- nos dijo el
- Buenos días- respondimos Anita, Diego y yo
como niños de colegio ante el profesor.
- Buenos días señor Henríquez- respondió
Isabella después que todos, con un tono seductor. Yo la mire, ella no despegaba
sus ojos de él. No puedo creer que sienta celos de ella. ¿Tantas ganas tiene de
trabajar aquí, que es capaz de insinuarse ante el jefe? La sangre me hervía.
- Anita. Vine a primera hora para ver lo del
lugar de trabajo, por la llamada que me hizo ayer. Dos practicantes y un solo escritorio-
por eso lo llamaban cuando estábamos en
el restorán. ¡Mi episodio vergonzoso! que chistoso. Solté una pequeña risa al
recordar mi caída. Isabella y Valentín me miraron.
- ¿Cómo lo podemos hacer?- le dijo Anita a jefe.
- Yo no tengo ningún problema en establecerme
en el lugar que usted me diga- se acercó Isabella más a Valentín. Sus cuerpos
quedaron a pocos centímetros de distancia ¡Está decidida a dejarme fuera de
cualquier modo!
- ¿Y usted joven, esta dispuesto a trabajar en
otro lugar que no sea aquí?- su pregunta me tomo por sorpresa, él clavo su
mirada en mi. Sin embargo Isabella me miraba con odio. Su ameniza se vino a mi
mente en ese momento.
- ¡Por supuesto! Si ustedes es por la comodidad
de todos, puedo establecerme en otro lugar. Mis manos comenzaban a sudar.
- ¡Estupendo! Joven Daslav, acompáñeme, lo
llevo a su escritorio- ¿Qué? ¿Yo? Tome mis cosas camine por la oficina para
seguir a Valentín, no pude evitar observar
la cara de Isabella, tenía su boca
abierta. El mismo Gerente del Hotel me llevaría a mi escritorio, sentí la
envidia, sentí el odio. En mi interior me sentía feliz, me sentía Victorioso.
Daslav 1 – Isabella 0
Me da risa la Isabella xD, tipica mina que se hace la simpática pero es mas doble estándar.
ResponderEliminarMuy bueno el relato pero me quede con ganas de más !... Será que te dejo instalado cerca de su propio escritorio :O? jaja, en noviembre iré a Santiasco al concierto de Morrissey, asi que aprovecharé de pasar por el Hotel jaja, un abrazo.
Hola
EliminarQue groso tu comentario, gracias por seguir la historia. Tus dudas pronto serán respondidas. Así que ¡ATENTO!
Ps. !Me encanta Morrissey!
Muy bueno el relato...ya me hice fans de esta historia!! Espero con ansias la continuación
ResponderEliminarGracias!
EliminarSe viene pronto el nuevo capitulo.
:D
me encanto la historia y quiero más!!!
ResponderEliminarGracias!
EliminarTranquilidad, ya se vienen mas capítulos. :)
Soy Luis..hoy hablamos...excelente historia. Nunca falta una Isabella en el trabajo...
ResponderEliminar¡Luis!
EliminarGracias por darte el tiempo de leer.
Isabellas hay por todos lados
Saludos