Mi primer día…
¡Estrés Total! Anita vino a dejar unos folletos que debía traducir para
los huéspedes que iban a llegar en dos semanas más desde Nueva York. Estos
tenían el itinerario turístico de los lugares por visitar, además de algunas
reseñas históricas. Acabado eso, debía imprimirlos y llevárselos para que me
diera el visto bueno. Sin embargo no había podido avanzar mucho, pues Valentín me dejo a cargo de atender los
llamados de su teléfono, mientras él estaba en una reunión con el directorio.
¡El maldito teléfono no para de sonar en toda la mañana! Anita no me presiono.
Era
ya casi la una y media de la tarde cuando Valentín entro en la oficina.
- Daslav ¿Todo Bien?
- Si, ha sido una mañana bastante movida. Le
deje varios mensajes en el taco. – le dije mientras avanzábamos hasta su
escritorio.
- ¡Perfecto! Ah toma esto- busco dentro de su
maletín y me paso un chocolate- un pequeño incentivo por la buena disposición a hacer algunas
cosas que no te corresponden- pude sentir como mi cara se iba poniendo roja
¡Amo el chocolate!
- Gracias-
dije tímidamente, fue un lindo gesto aunque más me confundía.
- Puedes ir a almorzar. Yo me quedo vigilando
el buque.
- ¡Genial! Muero de hambre- respondí y él se
rio conmigo.
Salí
de la oficina tratando de recordar el camino que hice cuando llegamos. Logre hacerlo
sin problemas. En el ascensor, apreté el número uno. Saque el teléfono y guarde
el número de Isabella en mis contactos, para no llévame más sorpresas con ella
a futuro. Fue una mañana relajada sin tener su presencia cerca, ni una llamada,
ni un mensaje de texto ¡Nada! ¿Qué estará tramando?
A
todo esto…. ¡No sé dónde queda el casino! Me dirigí hasta el hombre de la recepción,
aquel que me entrego la credencial. Ahí pediría indicaciones. Sin embargo,
había otra persona. Un joven alto, con unos rizos de color negro… se veía
estresado.
- Hola-
- Hola- dijo el sin despegar sus ojos del
computador.
- ¿Puedo hacerte una pregunta?- me asombraba la
velocidad de sus dedos al presionar cada tecla.
- Dime. ¿Que necesitas? Me miro unos segundos y
volvió al computador.
- Soy nuevo aquí y no sé dónde está el casino y
me muero de hambre. ¿Me puedes decir a donde me dirijo?- despego la vista del
computador y me miro con una gran sonrisa.
- ¡Chico nuevo!- me estrecho la mano agitándola
muy animado y fuerte – si me das cinco minutos, vamos juntos y así no te
pierdes.
- ¡Groso!- respondí
- ¿Groso?- sus ojos de color verde se quedaron
pegados a los míos- que antiguo tu
término.- dio una carcajada muy fuerte- ¡Me gusta! Toma asiento en la sala. Voy
por ti a penas termine.
- Vale.
Me senté en un pequeño sofá y tome
una revista que estaba en mesa, la portada tenía una gran foto del centro de
Ski Blanca montaña. Me concentre tanto en la foto que di un salto cuando
tocaron mi hombro.
-¿Vamos Chico nuevo?- me dijo
- Vamos- me levante y caminamos por un pasillo-
Pero no me digas Chico nuevo, Mi nombre es Daslav.
- Das… ¿Qué?- ¡Otra vez no! Como les cuesta
tanto pronunciar mi nombre
- Daslav- repetí.
- Muy difícil, te diré Das- caminamos por el
pasillo, era largo aunque pude ver los jardines traseros del hotel, llenos de
flores de varios colores.- Yo soy Leandro, un gusto.
- El gusto es mío, eres la primera persona
diferente al área donde estoy.
- ¿Dónde estás?- Me pregunto mientras me hacia
doblar a la derecha. Definitivamente este Hotel es un laberinto.
- Soy practicante de traducción de inglés.
Debería estar en la oficina de turismo con Anita, pero por espacio estoy con el
señor Henríquez.
- ¿Con el mismo señor Henríquez? ¿El gerente?-
pregunto incrédulo
- Si, con él.- le dije mirando el suelo.
-¡Wow! Que bien. Creo que eres el primer
practicante que está en ese lugar. Te felicito “amigo”- ¿Amigo? ¡Ya tengo un
amigo!
- Emm Gracias… - dije mirando el suelo.
- ¡Llegamos! Bienvenido al casino del hotel-
Abrió las puertas para dejarme entrar primero. Era un comedor gigante. Vamos a
buscar el almuerzo y nos sentamos juntos para que no comas solo.
- No es necesario, a lo mejor tus amistades
están esperando por ti.
- Tranquilo, no dejare que comas solo en tu
primer día.
Leandro me comento que lleva
alrededor de tres años trabajando en el Hotel en la recepción. Me conto algunas
historias. Me reí bastante con él. Las puertas se abrieron y como en un desfile
de modas entró Isabella, detrás de ella, Diego. Pasaron junto a mí sin saludar.
- ¡Pero que culo!- dijo Leandro mirando el
trasero de Isabella.
- ¿Ah?- me hice el desentendido
- A ella tampoco la había visto, debe ser
nueva- agrego sin apartar la vista de mi enemiga.
- Esta en la misma sección que yo, es
practicante. Se llama Isabella y la puedes encontrar en la oficina de Anita.
- ¿Crees que tengo una posibilidad?- me
pregunto con mucho entusiasmo. ¡Es hermosa!
- La verdad es que no hablo mucho con ella- No
pensaba decirle que es una malcriada caprichosa. Debo admitir que Leandro era
un joven bastante atractivo, se notaba que hacia ejercicio. Además su
personalidad era muy carismática pero que tuviera algo con Isabella… no me lo podía
imaginar.
- Ahí viene de regreso- Me susurro Leandro.
Ella y Diego venían de vuelta con un vaso de jugo de frambuesa cada uno.
Sentí los tacones al caminar, se
acercaban más y más. En cuestión de segundos siento que corre por mi cuerpo un
líquido muy frio ¡Que mierda!
- Daslav, cuanto lo siento – uso su tono de
niña inocente -Accidentalmente he derramado el jugo sobre ti.
- ¡He quedado todo manchado! ¡Esto no ha sido
accidental Isabella! –respondí con la cara roja por la rabia. Leandro que vio
todo estaba con la boca abierta. Diego se tapaba la boca con sus manos un poco
más atrás.
- ¿Crees que soy capaz de hacer esto por gusto?
Pero que mal piensas de mi Daslav- su tono me enojaba más.
- ¡Eres capaz de esto y mucho más!
- Ya pedí mis disculpas, si quieres mañana te
traigo veinte camisas.
- No me importa las camisas, es tu actitud.
- Bueno. Lo siento- Su ironía continuaba. Se
retiró del casino sin decir más. Diego paso rápidamente alcanzando a Isabella
en las puertas del casino.
- Parece que ella no te quiere aquí.
Definitivamente eso no fue un accidente – dijo Leandro pasándome algunas
servilletas para secarme un poco el jugo.
- ¿Qué voy a hacer? No puedo quedarme con esta
ropa el resto de la tarde.
- No te preocupes. Vamos a los camarines. Donde
nos entregan el uniforme. Ahí nos ayudaran- Leandro me dio unas palmadas en el
hombro para animarme
- ¿Enserio?
- Si, vamos rápido. Antes que volteen un plato
de comida sobre ti- Si supiera que ayer eso ya paso, no me lo creería
En los camarines nos atendió una señora muy amable. Me dijo que muchas
veces pasan esa clase de accidentes, por lo mismo mantenían un stock de ropa
para situaciones de emergencia. Así que me pasó una camisa, mañana debería
devolverla. Leandro se convirtió en un ángel guardián. Si hubiese estado solo.
No sé qué hubiese hecho.
Cada uno volvió a su lugar de trabajo, quedamos en almorzar juntos el
resto de la semana. Y me iba a presentar a su grupo de amigos del Hotel.
Leandro era un aliado, ya no me sentía tan solo. Su desencanto con Isabella fue
notorio desde el momento que la vio derramar el jugo sobre mí.
La tarde paso más tranquila. Valentín me dejo trabajar con los folletos
que me encomendó Anita. Ya alrededor de las seis y media, llegaba la hora de
retirarse.
-Señor Henríquez, es hora de irnos.
- ¿Si? No me había fijado en la hora- miro su
reloj en la muñeca.- debo hacer unas cosas más. Así que ve tranquilo. Hasta
mañana- me dijo. Se veía cansado.
- Valentín, ¿Puedo Ayudarte en algo?
- No, tranquilo. Hoy te he mantenido bastante
ocupado, así que descansa y mañana nos vemos.
- Bueno- me dio un apretón fuerte de manos.
Tome
mis cosas y me dirigí hasta el ascensor. Estaba cansado. Más que un cansancio
físico era mental. Todo el estrés psicológico que me estaba dando Isabella me
tenía excesivamente agotado. Cuando entre en el elevador, observe a un joven
venia corriendo
-¡Que no se cierre! –me grito y coloque el pie
y el llego corriendo- ¡Gracias!
- De nada- Le dije mientras buscaba mis
audífonos en mi bolso.
- Te vi almorzando con Leandro hoy. Soy León
- ¡León!- que fuerte tu nombre. Él se puso a reír.
- Yo, Daslav – le extendí la mano para saludarlo.
Era un joven bastante guapo. Media unos
diez centímetros más que yo, su pelo color castaño claro y sus ojos eran de un
azul oscuro muy hermosos. Creo que después de Valentín, León era lejos lo más
lindo del Hotel. Leandro quedaba en el tercer lugar.
Caminamos
juntos en dirección a la salida de funcionarios del Hotel, era agradable
conocer nuevas personas. León me pidió que lo acompañara a los
camarines y luego a registrar la hora de salida. De paso me servía para conocer
el lugar por donde debía entrar y salir los siguientes días. Ya en el exterior,
León encendió un cigarrillo.
- No, muchas gracias. Nunca he fumado- le
respondí.
- Ok, ¿Por dónde te vas?- Me preguntó mientras empezábamos
a caminar.
- Por la calle Maipú, debo ir a tomar el autobús.
- Yo voy al gimnasio, vámonos juntos- me dijo
- Bueno….
En
el trayecto León me contó que tenía 27 años, que hace un año iba al gimnasio y le
gustaba hacer deporte. Era muy contrario a mí. Yo me pasaba la mayoría del
tiempo leyendo en casa. Llegamos al paradero, se despidió de mí y siguió su
camino.
Fue
un primer día largo, extremadamente cansador… Lo único que deseaba era dormir.
Me puse los audífonos, y le di play al reproductor de música. No quiero
imaginar que me espera para mañana teniendo de compañera a Isabella, más aun
cuando me ha declarado la guerra. A pesar
de todo lo malo, hubo muchas cosas buenas. En general… ¡Fue un gran día!
Demasiado bueno el capítulo!!! Me lo devoré... Ya espero el otro! Cuidate y felicitaciones
ResponderEliminar¡Muchas gracias Cristopher!
Eliminar¡Un Abrazo!
Me gustó mucho el capítulo pero se me hizo muy muy corto!!! =(
ResponderEliminarQuedo atento al próximo y muchas gracias por seguir la historia! =) Un abrazo!
Tu fiel lector.
¡Mi fiel lector!
EliminarMe gusta que te guste la historia.
¡Un abrazo para ti!
Hola!!
ResponderEliminarTe felicito por el relato, pero no.logro entender para donde va la historia o relato. Es un poco plano, falta algo más de acción e insinuaciones para hacerlo más entretenido. Pero no niego que esta bien escrito y mantiene una direccionalidad literaria, pero le hace falta un quiebre para que sea más atractivo.
Un abrazo.
Otro lector.
Otro Lector
EliminarHola, ¿Cómo estas?
Muchas gracias por tu comentario. Me gusta que me dejen sus aportes de ayuda para seguir mejorando. He mantenido esto en una sola linea, por que todo esto esta pasando en los primeros días. En los próximos capítulos los personajes irán tomando su protagonismo.
Reitero, muchas gracias por seguir esta historia.
Cuándo el capítulo 12?... Quedé con ganas de más lectura.
ResponderEliminarExcelente como se desarrolla la historia.
Si todo se da bien espero hacerlo el Domingo.
EliminarMuchas gracias por seguir la historia.
Daslav.