Son las seis de la tarde y el bus comienza la
marcha con destino a Valparaíso. Es un día frio de Julio. A través de la
ventana puedo apreciar las oscuras nubes que muy rápidamente dejan caer sus
gotas mojando todo a su alrededor. En el interior del bus hay poca gente, voy sentado en el último asiento
solo. A lo lejos alcanzo a escuchar una señora conversando con su hijo, un
señor no muy educado hablando por teléfono y un joven leyendo un libro. Yo solo
soy un simple observador de todo lo que ocurre en el viaje.
A
veces cometemos locuras, pero ¿Quién dice que estas lo son? En mi caso lo que
estoy haciendo es un acto de enfrentar lo que siento, es un acto de valor, de atreverme
a hacer algo distinto y porque no, un acto de amor. Hace cinco meses que lo estoy conociendo.
Hace cinco meses que entablamos una conversación sin ver caras físicamente,
hace cinco meses que puedo decir te
quiero. Tal vez muchos piensen que es demasiado peligroso, conocer o tener
sentimientos nobles y afectos hacia una persona por correo electrónico,
Facebook, WhatsApp o cualquier otra red social en vigencia. Hoy en día la
tecnología nos acerca más a la gente.
Este
viaje que hago es para darte una sorpresa, quiero saber que sientes al verme,
quiero abrazarte, verte, tocarte. En estos meses mis sentimientos han
aumentado. Nunca pensé que esto podría pasar, nunca se me paso por la mente que
la distancia no sería impedimento para poder conocer a una persona tan encantadora
como tú. Debo admitir que existen miedos, es obvio pues no te he visto y por
primera vez nos diremos las cosas a la cara, además está el factor social el
cual te impone a pensar mal de la gente que conoces por internet, el miedo a
que seas un asesino en serie o alguna otra
persona sacada de una película de terror, pero es el riesgo que estoy
dispuesto a correr, como dice el dicho “El que no se arriesga no cruza el rio”.
Voy
escuchando música, distintas canciones que me ayudan a pasar los nervios de
esta travesía que estoy haciendo. En el exterior puedo ver que además de la
lluvia, el viento se ha hecho presente, no es tan fuerte pero de todos modos se
siente. La ansiedad se apodera de mi cuerpo, esas ganas de poder verte, ese
nerviosismo de conocerte, de charlar contigo, esas ganas de saber que pasará se
hacen cada vez más intensas. Este puede ser el principio de algo nuevo, el
comienzo de una aventura en la cual tú podrás acompañarme.
La
noche se acerca, el calor de las personas en el interior producen que las
vidrios se empañen, ya es difícil distinguir donde estamos. El aire
acondicionado adormece lentamente mi cuerpo, el relajo y el sueño aparecen. Mis
parpados pesan, es poca la música que estoy escuchando, me acomodo y lo último
que recuerdo es ver tu rostro en mi mente antes de quedarme profundamente
dormido.
uff muy bueno! leí todo tu blog en un rato :D cuando subirás el próximo capitulo? saludos!
ResponderEliminarHola!
EliminarEspero hacerlo esta semana. Gracias!
Poniéndome al día con el blog. Se lee muy interesante esto. Me dejó intrigado.
ResponderEliminarSaludos.
Esta historia tiene otras partes, pero están en stand by por el momento.
ResponderEliminarGracias por leerme! :D